La escritora Marta MartínDuomo Ediciones

Entrevista | Escritora

Marta Martín: «No quiero hacer un personaje a mi imagen y semejanza porque pensarían de él que está loco»

La escritora madrileña Marta Martin reedita en Duomo Ediciones la segunda entrega de su trilogía de thrillers protagonizados por el inspector Yago Reyes, titulada Luna Roja

Autora de más de una docena de libros y con más de 100.000 lectores, la escritora madrileña Marta Martin reedita en Duomo Ediciones la segunda entrega de su trilogía de thrillers protagonizados por el inspector Yago Reyes, titulada Luna Roja. Tras el éxito de Dama Blanca y encontrándose en preparación Alma Púrpura, con ella hablamos sobre esta nueva reedición y su mundo literario.

Tras el éxito de Dama Blanca, Marta, reedita la segunda parte de esta trilogía del inspector Yago Reyes, Luna Roja. ¿Qué espera que encuentren aquellos lectores que no la conocen?

–Lo que pretendo en estas novelas es plasmar los problemas de la sociedad y que sean los lectores los que valoren y se planteen cosas, que se pregunten, pues a veces seguimos ciertas tradiciones que están caducas. Siempre me quedo muy satisfecha cuando me dicen «he cogido la novela, me ha envuelto y no podía soltar la historia», independientemente de si el final se lo veían venir o no.

Al igual que en Dama Blanca vuelve a hacer uso de múltiples perspectivas a la hora de construir este nuevo caso. ¿Es un reto tener que meterse en la piel de tantos personajes?

–Es un reto, pero es una ayuda para perfilar mejor la escena y las personalidades de los personajes. No es lo mismo que te digan de rebote algo, a que tú indagues más. Yo me imagino en un escenario más completo y me sirve para no perder el norte, aunque sí que es verdad que le tienes que dar otra voz para que no parezcan todos los mismos. Es un reto, pero me gusta.

Vuelve el inspector Yago Reyes con un nuevo caso por resolver. ¿Cómo es el proceso de perfilar al protagonista o a otros personajes? ¿Se deja llevar por el instinto, es brújula o mapa? ¿Todo tiene que estar planificado?

–Soy una mezcla. Cuando empecé a bosquejar Dama Blanca ya tenía la escena principal pensada, pero ahora tenía que poner unos inspectores y el primero que me vino a la cabeza fue Yago Reyes. En el momento en el que me puse a escribir la novela, dos días después, empecé a escribir sobre Yago y él empezó a tomar vida, no lo había perfilado así, pero así lo dejé.

En alguna entrevista ha comentado que Yago se parece a usted, ¿hasta qué punto puede considerarse su alter ego?

–Me identifico con él en el hecho de que el llega a una ciudad distinta con otro idioma y, en ese sentido, me sentía un poco identificada, por eso pude escribir sobre él y sobre cómo se siente uno cuando llega a una ciudad donde no conoce a nadie y le hablan en otro idioma.

Lo que pretendo en estas novelas es plasmar los problemas de la sociedad

Y, ¿existe algún personaje más con el que se siente identificada?

–Todos, de alguna manera, ponemos parte de nosotros en nuestros personajes, pero no quiero hacer un personaje que sea a mi imagen y semejanza porque pensarían de él que está loco. Además, es difícil plasmarte dentro de un personaje, por eso yo les dejo que adquieran su propia personalidad y mientras me parezca bien, les dejo que adquieran vida propia.

Luna Roja es la continuación de Dama Blanca, ¿ha sentido mayor presión al escribir tras el éxito de la primera?

–La presión sí que existe, porque Dama Blanca estaba gustando mucho, además, en Luna Roja he querido cambiar completamente de registro. Dama Blanca es muy distinta de Luna Roja, porque en la primera se trata de un asesino más doméstico, pero en esta última nos metemos en el perfil de un asesino en serie. Pero, sí tienes miedo. Siempre tienes miedo con una novela, solo que, al ser una segunda de algo que ha tenido éxito, tenía un poco más.

¿Cuál ha sido el mayor reto que ha tenido que afrontar al pasar de la primera novela a la segunda?

–Quizás el reto ha sido perfilar el asesino, porque es un asesino distinto. No hago mucho spoiler si digo que parte de la trama es de maltrato psicológico y de maltrato animal, y eso, por ejemplo, era algo que no había leído en novelas. Realmente, fue laboriosa la creación de esta novela porque la he modificado muchas veces al querer adaptar una novela que no quería que fuera para una serie policiaca, pero estoy contenta con el resultado.

Durante cerca de seis años vi cómo los lectores lo que querían era reconocerte como escritora por un género y eso hizo que me impusiese elegir uno

En poco más de una década ha escrito más de diez novelas, todas ellas o la mayoría son thrillers. ¿Por qué este género?

–Empecé autopublicándome en el año 2014 libros de desarrollo personal, sin embargo, llegó un momento en que comencé a experimentar con distintos géneros: novela romántica, ciencia-ficción y, finalmente, thriller. Durante cerca de seis años vi cómo los lectores lo que querían era reconocerte como escritora por un género y eso hizo que me impusiese elegir uno. Paré un tiempo y tras encontrar la idea de Dama Blanca y empezar a desarrollarla, decidí escribir un thriller. Me dejé llevar y surgió Dama Blanca y, como esta novela tuvo tanto éxito, me di cuenta de que tenía que seguir con el thriller.

Dama Blanca, Luna Roja y Alma Púrpura, ¿los colores juegan algún papel concreto en sus novelas?

–El caso de Dama Blanca es porque hay una escena en la que una de las chicas aparece totalmente de blanco y surge la leyenda de la dama blanca. Esa fue la tónica que le dio el título a la novela. Cuando vi que la estructura funcionaba y me gustaba, quise que siguieran todos los títulos la misma. Después se publicó Luna Roja porque dio la casualidad de que en Valencia se pudo ver en el 2017 un eclipse solar y ese es el punto de inflexión de la novela. La tercera, Alma Púrpura, es un poco más abstracta porque suceden acciones como el maltrato machista y la violencia vicaria, e intenté emular o plasmar el dolor interior.

Me gusta mucho leer, aunque de pequeña no me gustaba porque me costó mucho aprender a leer

Has manifestado que con esta trilogía no buscas emular a Agatha Christie, pero ¿qué autores te inspiran?

–Me gusta mucho leer, aunque de pequeña no me gustaba porque me costó mucho aprender a leer. Cuando me hice mayor empecé a cogerle el gusto a la lectura porque fue un refugio para mí y tenía de referencia a Agatha Christie por esas historias de veinte personajes y descubrir cuál era el asesino. Pero yo prefiero plantearlo, poco a poco, de manera que el lector vaya conociendo el perfil del asesino, sin un giro súper dramático como lo hacía Christie.

Finalmente, ahora y tras el éxito alcanzado, ¿qué supone para usted la literatura?

–Cuando publiqué la primera novela me dije «tengo que seguir escribiendo», porque es como cuando encuentras una vocación tardía y te das cuenta de que no lo puedes dejar. Me muevo por estar en armonía con mi yo y cuando escribí la primera novela sentí eso, por eso no voy a poder dejar de escribir, aunque sea en distintos géneros. Sé que no voy a dejar de escribir.