Un hombre apalea a varios frailes y deja a uno en estado crítico en un monasterio de Valencia

Un hombre ha entrado en el convento del Santo Espíritu del Monte (Gilet, Valencia) y ha atacado a varios religiosos. Así lo ha comunicado el provincial de los franciscanos de la Inmaculada Concepción, Fray Joaquín Zurera Ribó, OFM (Ordo Fratrum Minorum).

«Hemos recibido esta mañana la noticia de que una persona perturbada ha entrado en el convento de Santo Espíritu del Monte (Gilet, Valencia) y ha ido agrediendo a los hermanos que estaban en su habitación, con la intención (según le escucharon) de matar a los frailes», explica el escrito. El Centro de Información y Coordinación de Urgencias de la Generalitat ha informado de que recibieron el aviso a las 10:00 horas.

Fuentes del caso han revelado a EFE que el supuesto autor ha ido por los dormitorios de los religiosos pegándoles y que, al menos, hay cinco de ellos menos graves. Al menos dos de los frailes se encontrarían en estado grave, según ha adelantado la Guardia Civil. Las fuentes han precisado que el supuesto agresor gritaba que él era Jesucristo y los iba a matar.

De acuerdo con esta información, «a excepción de fray Antonio Ivars Solbes, que estaba en la huerta y fray Federico Allara Aragó, que estaba en la capellanía celebrando misa, el resto de los hermanos han sido agredidos de forma violenta y estamos preocupados, sobre todo, por el posible alcance de las lesiones de fray Juan Antonio Llorente Espín, que parece el más dañado y con malas perspectivas, según las noticias recibidas», apuntaba el comunicado.

En un principio, las primeras informaciones apuntaban a que uno de los religiosos habría fallecido. Sin embargo, fuentes policiales confirmaron que aún se hallaba con vida, pero en estado crítico. Fue trasladado al hospital Clínico por un traumatismo craneoencefálico. Otros tres hombres, de 57, 66 y 95 años, presentaron contusiones y traumatismos.

«Condenamos sin paliativos esta agresión y nos unimos al sufrimiento de nuestros hermanos, con las lesiones en el cuerpo y el dolor en el alma por lo vivido, que, sin duda, deja profunda huella en las personas. Pedimos también por el agresor para que sea consciente del daño y sea capaz de rectificar un comportamiento para nada propio de la condición humana», continúa el texto.

El comunicado insta «a todos los hermanos a estar más atentos para evitar que puedan entrar en nuestras fraternidades personas que puedan ocasionar daños de cualquier tipo, y así saber cuidarnos mutuamente». Según Las Provincias, la Guardia Civil busca al agresor, un hombre de unos 30 o 40 años del que los religiosos no saben cómo pudo entrar al recinto.