Picaresca y robos de comida en los puntos de ayuda de Paiporta: «Algunos se aprovechan de la desgracia»
Vecinos denuncian el hurto de víveres y la presencia de personas ajenas al municipio cargando furgonetas, mientras piden mantener estos centros ante la difícil situación económica que enfrentan
La crisis generada por la DANA que golpeó con fuerza a la Comunidad Valenciana hace ya más de un mes continúa dejando secuelas en Paiporta. Mientras los vecinos intentan recuperar la normalidad, la gestión de la ayuda humanitaria en el Auditorio Municipal de la localidad, habilitado como centro de distribución de alimentos y enseres para los damnificados, se ha visto ensombrecida por robos y comportamientos poco solidarios. Dichos víveres se reponen desde un almacén logístico al que llegan las donaciones y bajo pedido con el Banco de Alimentos.
Varios vecinos expresan su preocupación ante la creciente inseguridad durante el proceso de recogida de los víveres. Según relatan, algunos han optado por utilizar mochilas o bolsas opacas para evitar mostrar el contenido, ya que los robos se producen principalmente en las inmediaciones del Auditorio. «Es triste, pero no podemos dejar que se vea lo que llevamos porque puede que no lleguemos con todo a casa», explica a este periódico una de las personas afectadas, visiblemente molesta por la situación.
Además, se denuncian casos de personas que, sin ser residentes de Paiporta, acuden al punto de distribución para recoger alimentos. En ciertos momentos, los responsables de la entrega han tenido que solicitar el DNI para confirmar que quienes piden ayuda pertenecen al municipio. Aunque esta medida ha sido efectiva para limitar los abusos, también ha generado tensiones en algunas ocasiones. Desde el Ayuntamiento de Paiporta explican que la solicitud del DNI fue una medida concreta adoptada por algunos voluntarios: «El tema de los DNI fue algo puntual y ya está solucionado porque no se debe solucionar así».
Uno de los vecinos describe cómo presenció a personas cargando furgonetas con alimentos y enseres, aparentemente con la intención de llevárselos para su uso personal. «Es indignante ver cómo algunos se aprovechan de la desgracia de otros. Esa comida no es para ellos, y mucho menos en esas cantidades», denuncia. Este tipo de situaciones ha generado un clima de descontento entre los afectados.
Este panorama ha llevado a reflexionar sobre la necesidad de un mayor control en la distribución de las ayudas. Algunos vecinos sugieren implementar sistemas más estrictos de vigilancia para evitar este tipo de incidentes. Sin embargo, también reconocen que el volumen de afectados y las circunstancias extraordinarias complican la gestión.
A pesar de estos incidentes, muchos vecinos insisten en la importancia de que el Auditorio Municipal y otros puntos de ayuda sigan funcionando. «Estamos pasando por un momento muy difícil. Aunque los supermercados están empezando a abrir, no tenemos dinero para comprar lo básico porque todo lo estamos destinando a reparar nuestras casas, coches y otras cosas que nos destrozó la DANA», comenta Jesús de la Torre, vecino de esta localidad valenciana.
La incertidumbre sobre cómo evolucionará la situación preocupa a quienes dependen de esta ayuda para cubrir necesidades básicas. Mientras tanto, los vecinos piden soluciones inmediatas para garantizar la seguridad en la distribución y evitar que el abuso de unos pocos ponga en peligro un recurso que es vital para quienes aún luchan por superar el impacto de la catástrofe.