Castellón A juicio la secta sexual del 'Tío Toni' en Vistabella, que abusó de menores de edad durante tres décadas
Cinco mujeres y un hombre se sentarán en el banquillo el próximo mes de abril para ser juzgados por hasta nueve delitos por los que les piden 326 años de cárcel
El juicio por el tétrico caso conocido como la secta de Vistabella se celebrará el próximo mes de abril con seis acusados. El juzgado ha notificado a las partes que el encuentro será del día 22 al 25 y la causa se centra en presuntos delitos de abusos sexuales. La Fiscalía Provincial de Castellón ya tiene su escrito de acusación contra las cinco mujeres y el hombre que se sentarán en el banquillo por formar parte de la secta sexual y destructiva, que habría operado desde los años 90 hasta el 2022, cuando fue desmantelada.
Después de más de tres décadas y una denuncia, gracias a una exhaustiva investigación de la Policía Nacional dirigida por el grupo de sectas de la Comisaría General de Información y la unidad central de atención a la familia y a la mujer (Ucfam) de la Comisaría General de Policía Judicial, con el apoyo de la Brigada de Información y de la de Policía Judicial de la Comisaría de Castellón acabaron con este grupo y sus prácticas.
En total, la Fiscalía solicita 326 años de cárcel para los acusados por nueve delitos continuados de abusos sexuales a menores de entre 12 y 17 años y un delito de asociación ilícita. De forma individualizada, las penas que pide el Ministerio Público oscilan entre los 16 y 65 años para cada uno de ellos.
El gurú que lideraba este grupo en una masía situada en la comarca del Alto Maestrazgo, en Castellón, era Antonio G.L., conocido como el 'Tío Toni' y conformaba, junto a los acusados y otras personas ajenas a los delitos, un grupo pseudo-religioso. El hombre, de 64 años, era, entre otras cosas, autor de dos libros de autoayuda revestidos de experiencias sensoriales y espirituales. A este individuo se le atribuían poderes divinos, valiéndose de la abducción psicológica de sus fieles para construir la comunidad con la finalidad de satisfacer los deseos sexuales del líder, así como tener el control sobre la vida de sus adeptos.
El gurú y líder falleció en la cárcel de Castellón dos meses después de su ingreso en prisión preventiva tras el operativo policial. La responsabilidad penal respecto del máximo responsable de la secta destructiva, quien sometió emocional, sexual y económicamente a adultos y niños durante más de 30 años quedó extinta tras su muerte.
Los inicios de la secta
Los inicios de la secta se originaron en la década de los años 90, fundada por el líder junto a su mujer, que actualmente es la principal acusada en el procedimiento tras la muerte de Antonio G.L. El matrimonio organizaba supuestas terapias sanadoras en su vivienda de la Avenida Valencia, en la ciudad de Castellón de la Plana. El tío Toni prometía una sanación mágica de enfermedades empleando ritos sexuales, entre los cuales estaba la colocación de vibradores a clientas o directamente mantener relaciones sexuales completas para la «eliminación de la negatividad», según avanzó el diario Levante-EMV.
Las prácticas se hacían cada vez de forma más habitual y se fueron popularizando y aumentaron sus seguidores, hasta tal punto que tuvieron que trasladarse en 1994 a otra vivienda, en una urbanización del municipio de Alcora, para disponer de más espacio. Una casa que estuvo financiada con las aportaciones económicas en forma de donaciones. En el citado inmueble se consolidó la comunidad, gestándose la convicción entre sus miembros de que estaba destinada a la salvación de la humanidad, a través de prácticas y rituales sexuales que siempre realizaba el gurú.
La organización fue creciendo y se trasladaron de forma definitiva a Vistabella del Maestrazgo, donde se ubicaba la masía 'la Chaparra', a unos ocho kilómetros del término municipal, cerca de la carretera CV-170. Un recinto rural lo bastante alejado del núcleo urbano y rodeado por una valla metálica y cámaras de seguridad. El paraje está rodeado de pinos y aunque hay otras dos masías relativamente cerca, se encuentran deshabitadas. También se realizaban algunas funciones de vigilancia entre los adeptos cuando se acercaba gente, que les advertía a los intrusos que era una propiedad privada.
El patrimonio del líder de la secta fue creciendo gracias a sus seguidores, dedicándose él en exclusiva a la pintura y el resto, obligados a realizar largas jornadas de trabajo dentro y fuera de la comunidad. Las mujeres hacían labores domésticas y los hombres, de mantenimiento.
Aunque nadie veía imposibilitada su salida de la masía, se veía como algo nocivo, fomentándose las relaciones de pareja dentro del grupo, implantando el líder una doctrina «dogmática y totalitaria». Múltiples familias residían en la finca y llegaron a vivir hasta una treintena de personas entre las que se encontraban varias parejas con hijos menores de edad durante los últimos 20 años.
«Un ser superior»
Según la información de la Fiscalía, los miembros de la secta consideraban al tío Toni un ser superior, con mezcla de devoción y miedo, ya que castigaba con humillaciones públicas a quienes desobedecían.
Tras la convivencia de múltiples núcleos familiares durante años, hasta 11 menores crecieron en la organización, siendo hijos y nietos de otros miembros, algunos incluso descendientes del propio líder. Aunque inicialmente eran mantenidos al margen de la disciplina anterior, con el fin de corromper la adolescencia de los menores, impartía lo que denominaba 'escuelas' y les ponía pornografía, preguntando a las niñas si se masturbaban.
Orgías con niñas menores de 13 años
Además, requería a las menores para satisfacer sus deseos sexuales, abusando sexualmente de muchas de ellas con pretextos sanadores y sometiéndolas a orgías con otras mujeres de la organización.
Algunas de las acusadas eran, de hecho, madres y tías de los propios adolescentes, existiendo un caso particular en que dos niñas confesaron a su madre los abusos a los que Antonio G.L. las sometía, sin denunciar los hechos ni marcharse de la organización la progenitora, quien a su vez también tenía sexo con el líder.
El tío Toni decía a las víctimas, muchas de ellas de 13 años o menos, que tenían enfermedades en los ovarios y que él las curaría. El otro hombre que está entre los acusados también abusó, según la Fiscalía, de dos menores de edad.
Desmantelamiento de la secta
La Policía Nacional liberó durante el registro autorizado por el Juzgado de Instrucción 6 de Castellón en la masía de Vistabella a dos menores de 8 y 13 años, asumiendo la Generalitat Valenciana su tutela. Dos de las procesadas, la viuda del gurú y otra acusada, salieron de prisión el pasado mes de febrero tras pagar una fianza de cerca de 10.000 euros.
Tras la detención de los acusados y la liberación de doce víctimas, los agentes registraron tanto el interior de la masía, como la casa de Castellón donde el gurú empezó en sus inicios y encontraron artilugios sexuales de distintos tipos que empleaban presuntamente para las violaciones y los abusos, así como material audiovisual para supuestamente someter las voluntades de sus víctimas.
Así mismo, la Policía Nacional ha intervenido efectos de tipo religioso que usaban en sus «sesiones». A todo ello se suma dinero en metálico, joyas, relojes y otros efectos valiosos cuyo origen se está investigando, además de mucha documentación, agendas con anotaciones de personas y movimientos bancarios.