Audiencia Nacional

Audiencia NacionalEuropa Press

La limpiadora que halló una bomba de ETA en el aeropuerto de Alicante: «Tapé la caja para que nadie se asustara»

Su declaración marca el inicio del juicio contra la terrorista etarra Iratxe Sorzabal, acusada de intentar atentar en la terminal alicantina en 1995

La mujer de la limpieza que halló el paquete bomba que supuestamente colocó la etarra Iratxe Sorzabal en el aeropuerto de Alicante en 1995 ha relatado que sospechó al verlo en una papelera que acababa de vaciar, y al abrirlo y ver cables y un reloj se dio cuenta «de lo que era», por lo que dio el aviso.

Así lo ha expuesto en el juicio a la exdirigente etarra Iratxe Sorzabal que ha comenzado este lunes en la Audiencia Nacional y en el que se enfrenta a seis años de cárcel por la colocación de esa bomba en el aeropuerto de Alicante, el 29 julio de 1995, y que al ser encontrada por la mujer de la limpieza pudo ser desactivada sin causar daños.

El juicio ha comenzado con la declaración de los testigos, al pedir el abogado de Sorzabal que esta pudiese declarar en último lugar, tras la práctica de la prueba, como permite ahora la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

El impactante relato de la mujer de la limpieza ha sido el testimonio más relevante en esta primera sesión del juicio. Ha recordado que se disponía a pasar la mopa en la zona del sótano del aeropuerto cuando apoyó su carro de la limpieza en una papelera alta. En ese momento se percató de que estaba llena cuando justo acababa de vaciarla y observó que había un paquete. Decidió sacarlo y se puso a manipularlo, «porque soy muy manipuladora», ha apuntado.

Notó que pesaba y que había una caja dentro con algo duro en su interior, lo abrió y vio que salían cables y que había también un reloj. Ante ese hallazgo, decidió dejar la caja tranquilamente -«bueno tranquilamente de aquella manera», ha puntualizado-, y la tapó «para que nadie asustara». Acto seguido acudió a avisar «a las autoridades para que acordonaran y no pasara la gente por allí porque me di cuenta de lo que era».

En esta breve sesión del juicio, que no ha llegado a una hora de duración y que continuará este martes, han testificado también investigadores policiales que han analizado la carta de autocrítica o «cantada» que Sorzabal remitió a la dirección de ETA cuando fue detenida.

Según han señalado, en esa carta la exdirigente etarra daba datos de acciones terroristas que presuntamente cometió antes de huir a Francia y sobre los que no habló en su declaración ante la Guardia Civil: como un atentado contra oficina de Mapfre y la quema del Liceo francés.

Este matiz es importante porque Sorzabal sostiene que las confesiones que hizo ante la Guardia Civil en su primera detención antes de huir a Francia, donde fue detenida en 2015 junto al exjefe de ETA David Pla, fueron obtenidas bajo torturas y por ello dijo lo que le ordenaron decir.

Según el escrito de acusación del Ministerio Público, el artefacto que los Tedax consiguieron desactivar tras ser hallado por la mujer de la limpieza, estaba compuesto por un reloj digital, una pila de 9 voltios, 500 gramos de sustancia explosiva, un detonador eléctrico y unos cables.

No se produjeron daños personales ni materiales, «aun cuando el artefacto explosivo fue colocado con la finalidad de causar el máximo daño posible a las personas y al patrimonio público y privado», según destaca la Fiscalía.

Otras causas por terrorismo

Iratxe Sorzabal fue condenada en 2022 por primera vez en España a 24 años y medio de prisión por un doble atentado perpetrado en noviembre de 1996 en Gijón contra una farmacia y el Palacio de Justicia.

El pasado mes de febrero, un juzgado de la Audiencia Nacional reabrió el sumario por el asesinato del suboficial de la Ertzaina Montxo Doral en 1996, un crimen que la Policía autónoma vasca atribuye a un comando bajo la dirección de Sorzabal.

El Tribunal Correccional de París la condenó en rebeldía en junio de 2006 a tres años de cárcel por su pertenencia al aparato político de ETA y en 2013 fue de nuevo condenada en rebeldía en el juicio en el que se le impuso una cadena perpetua al padre de su hija, el exdirigente etarra Mikel Carrera Sarobe, Ata, por el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton en 2007.

comentarios
tracking