
Extranjeros acogidos en Guardamar del Segura (Alicante)
Realojan a decenas de inmigrantes ilegales en un hotel «premium» de un pueblo de Alicante
La proximidad del nuevo emplazamiento al centro del municipio de Guardamar preocupa a algunos residentes, que temen un repunte de altercados por parte de los acogidos de origen magrebí con la llegada de la Semana Santa
Un grupo de inmigrantes acogidos en el municipio alicantino de Guardamar del Segura ha sido trasladado al Hotel Parquemar Premium Beach, un cuatro estrellas donde ya fueron alojados cientos de ellos el año pasado. La decisión ha generado malestar entre gran parte de los vecinos, que temen nuevos altercados.
El alcalde de la localidad, el socialista José Luis Sáez, ha anunciado el traslado a través de sus redes sociales, afirmando que actualmente residen en el programa 30 familias con menores escolarizados en los diferentes CEIP e IES del municipio, procedentes de países como Ucrania, Colombia, Egipto, Mali, Jordania, Paraguay y Mauritania. Defiende que el nuevo emplazamiento ofrecerá «un espacio estable y fiable» donde los acogidos podrán adaptarse a su nueva realidad con apoyo en diferentes ámbitos, incluyendo formaciones, asesoramiento jurídico y psicológico.
Sin embargo, su publicación ha generado críticas entre algunos vecinos. «¿Por qué no trasladan a gente de Valencia que ha perdido todo en la dana?», pregunta una vecina en los comentarios. Otra usuaria recuerda los problemas generados anteriormente por la presencia de los inmigrantes en este hotel, donde se produjeron peleas y agresiones sexuales a trabajadoras del complejo.
La medida coincide con la decisión unánime de la comunidad de propietarios del complejo Europa House -donde se ubicaban hasta ahora- de cesar la acogida en sus instalaciones, según fuentes consultadas por El Debate.
La proximidad del nuevo emplazamiento al centro del municipio preocupa a algunos residentes, que temen un repunte de altercados por parte de los acogidos de origen magrebí con la llegada de la Semana Santa. «Trasladan el problema de un sitio a otro, pero no dan una solución definitiva», denuncian. Otras fuentes añaden que los propietarios del anterior emplazamiento «están aburridos de movidas todos los días».
Protestas y antecedentes de altercados
El traslado se produce tras meses de tensiones en el municipio costero. En enero, cerca de 200 inmigrantes protestaron frente al Ayuntamiento guardamarenco exigiendo mejoras en sus condiciones de acogida. La manifestación, que provocó alarma social en la localidad, fue controlada por la Policía Local y la Guardia Civil.
La gestión de la ONG Cepaim, encargada de su atención, ha sido cuestionada por los acogidos, que denuncian hacinamiento y falta de recursos. Además, reclaman el cumplimiento de las promesas que se les habría hecho, entre ellas la obtención de trabajo y la nacionalidad española.
El clima de tensión en Guardamar no es nuevo. En meses anteriores, se denunciaron agresiones y abusos sexuales presuntamente cometidos por inmigrantes acogidos en la localidad. Dos trabajadoras del resort Parquemar, donde estaban alojados, denunciaron ataques de dos inmigrantes de origen venezolano y maliense. También se registraron palizas a un portero de un pub y a un joven de la zona. Pese a ello, el alcalde calificó estos episodios como «aislados» y negó que la seguridad del municipio estuviera en peligro.
Críticas políticas y falta de recursos
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Ángel Delfín, insistió en que su partido ya había alertado sobre los problemas que generaría la acogida masiva de inmigrantes. «Nos llamaron racistas cuando avisamos de lo que podría pasar», declaró a El Debate. Delfín también señaló que los inmigrantes están frustrados porque se les prometió una regularización rápida y esta no se ha producido.
Desde el Partido Popular, su portavoz municipal, Marisol Gallud, calificó de «triste y preocupante» la falta de control del primer edil socialista de la localidad y le invitaban a ser «transparente y no caer en el victimismo».
Por su parte, el primer edil socialista calificó la convivencia con los acogidos como «exquisita» y asegura que pidió un refuerzo de Guardia Civil por temor a posibles «brotes de racismo», restando importancia a las agresiones protagonizadas por grupos de magrebíes en su localidad.
Por el momento, los vecinos y la oposición se encuentran expectantes ante este traslado, que esperan que no vuelva a traducirse en una situación de inseguridad para la localidad alicantina.