Tableta de turrón duro de Alicante, fabricado en JijonaConsejo Regulador IGP Jijona y Turrón de Alicante

Alicante  Los fabricantes de turrón de Jijona aspiran a mantener las ventas mientras desestacionalizan sus productos

El Consejo Regulador cree que esta campaña se mantendrá el volumen de facturación de 2022 y espera que se consoliden los comercios de este producto abiertos todo el año en España

Con los días fuertes de Navidad a la vuelta de la esquina, pocos son los hogares que todavía no han comprado turrón o, al menos, alguno de sus miembros lo han probado en comidas de empresa y demás eventos. Producto típico de estas fiestas por excelencia, pensar en este dulce traslada automáticamente a pensar en Jijona, localidad de la provincia de Alicante, y a su mítico lema, 'Calidad Suprema'

No hay Navidad que se precie sin estos dulces, por eso el sector espera que la de 2023 sea una campaña en la que se mantengan los niveles de ventas de hace un año. Preguntado por El Debate al respecto, el secretario general del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) Turrón de Jijona y Alicante, Federico Moncunill, señala que las expectativas actuales pasan por ser «muy parecidas» a las de la última campaña, que define como «buena y correcta» y en la que se creció un 3 % en volumen de negocio en comparación con 2021.

Aunque es consciente de que el sector agroalimentario «tiene unas tensiones inflacionistas fuertes», especialmente en ámbitos como el del aceite, también sostiene que en lo concerniente al turrón «no se está contribuyendo a esa espiral inflacionaria» porque todos los departamentos implicados «han intentado asumir la subida de las materias primas» de manera que esta «no se repercuta total o directamente en el consumidor final, sino solo lo mínimo posible».

Valor añadido a la marca España

En esta línea, destaca que a los fabricantes y productores no les ha quedado más remedio que poner en marcha «medidas lo más creativas posible» para intentar que el consumidor «no tenga una repercusión total» de lo que supone el alza de costes en, entre otros, el azúcar, el cacao o el cartón. Una de ellas, indica, ha sido la instalación de placas solares «para compensar la subida de energías».

A su vez, Moncunill apunta que durante estas semanas se están «consolidando dos líneas de venta», estando ambas ligadas con la «desestacionalización». Más allá de que la mayoría de españoles y turistas compran turrones «en fechas próximas a Navidad», sí advierte una tendencia sostenida a abrir tiendas de estos productos a lo largo de todo el territorio nacional y que están «abiertas todo el año». Sobre ello, el secretario general del Consejo Regulador pone el caso de uno de sus asociados como es Turrones 1880-El Lobo, que ha inaugurado 14 tiendas en España. De estas, dos están en Madrid y una de ellas alberga un museo.

El turrón de Jijona, en su proceso de fabricaciónConsejo Regulador IGP Jijona y Turrón de Alicante

El otro factor que detecta es el aumento de solicitudes de empresas que no son turroneras para que «se les certifique que el ingrediente que lleva sus productos es turrón de Jijona», como pueden ser los Miguelitos de La Roda con esta clase de turrón o el Queso del Bierzo con el de Alicante: «Es una demanda muy importante», subraya Moncunill que, aunque reconoce que esta vía implica un nivel de facturación «más modesto que la venta en tiendas», por otro lado significa «un camino que se está abriendo con fuerza y está evolucionando positivamente».

No todo es turrón

Este hecho no es casual, ya que Jijona es, tal como afirma, un «valor reputacional para la marca España muy importante». Tanto es así que lo compara con lo que para Francia significan «Champagne, Cognac o Queso Roquefort» y pone el alicantino al nivel de otros grandes sellos nacionales como «Rioja o Manchego». «Jijona y Turrón de Alicante son dos marcas que además de la actividad económica que tienen en el territorio, fijan población y gracias a eso se protege un patrimonio cultural muy importantes con siglos de actividad. Es patrimonio de todos los españoles», hace hincapié el responsable del Consejo Regulador.

En este sentido, detalla que «alrededor del 13 %» de la producción total anual sale de nuestras fronteras, principalmente al sur de Estados Unidos, donde hay «población hispana con gran capacidad económica», así como a los países de América Latina.

Por otra parte, Moncunill comenta que los turrones que más tirón tienen siguen siendo «los tradicionales», es decir, el blando de Jijona y el duro de Alicante, aunque también tienen una demanda creciente «los de yema y los chocolateados» porque «están creciendo sus versiones». Ahora bien, matiza que no todo lo que comercialmente se llame turrón necesariamente ha de serlo: «Si le llamas turrón a un compuesto que sabe a fresa, nata y no sé qué más, no es un producto saludable como el de Jijona y el de Alicante. Por mucho que le pongan la palabra turrón delante, no es verdadero turrón», insiste.

Esta mención la resalta porque en la elaboración de estos productos navideños cada vez más desestacionalizados, los fabricantes de Jijona trabajan con «materias primas propias de la Dieta Mediterránea como la almendra, la miel o la yema de huevo». Es por eso que hace una diferenciación: «El turrón de Jijona y Alicante no es un dulce. Si se consume con moderación es saludable como el aceite de oliva virgen extra», concluye Moncunill.