Castellón  Los «ladrillos de fe» con los que los fieles erigen el templo de San Juan Pablo II de Benicasim

La frase «cada granito cuenta» toma sentido con la iniciativa «ladrillos de fe», la campaña que ha lanzado la Parroquia Santo Tomás de Villanueva en Benicasim (Castellón) para sufragar los gastos de la primera fase de las obras del templo de San Juan Pablo II, que tras 20 años paradas, se retomaron el pasado mes de enero gracias al impulso que dio el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente.

Para recaudar fondos, todo aquel que lo desee, no solo la comunidad parroquial local, sino también todos aquellos turistas y veraneantes que tienen su residencia vacacional en la localidad, pueden adquirir uno de los ladrillos del cerramiento del edificio por 10 euros o uno de los cubos que están dando forma a las torres del campanario por 50 euros.

La donación, que se puede hacer en las oficinas parroquiales, situadas en la calle Albéniz, número 10 o próximamente a través de la web www.ladrillosdefe.com, se puede desgravar del Impuesto de la Renta presentando el certificado que se genera con el nombre de la persona y el número del ladrillo o cubo donado, una vez que se ha realizado la gestión.

Karolinos, el dulce polaco del Pontífice

Otra de las formas de colaborar es adquiriendo Karolinos, el dulce polaco preferido del Papa San Juan Pablo II, en la panadería José María de Benicasim. Por cada unidad, valorada en dos euros y medio, se destinará uno a la construcción del templo. Asimismo, también se puede apoyar la causa a través de una suscripción de carácter anual o mensual, o bien a través de donativos puntuales.

El proyecto se presentó al Consejo Parroquial a finales de junio de 2022, tras lo que se inició una primera campaña que, bajo el lema «un nuevo impulso», tuvo como objetivo recaudar fondos para reiniciar las obras. Se trata de una adaptación del existente con la incorporación de elementos simbólicos procedentes de la tradición de los templos cristianos.

La construcción del complejo se remonta a mediados de la década de los 90 tras la permuta con el Ayuntamiento de Benicasim de la Casa Abadía por el terreno donde ahora se ubica el complejo parroquial y el templo inacabado, ya que el cese de las obras estaba supeditado a las posibilidades económicas.

Ejecución de las obras

Sin embargo, ahora la historia es otra. La primera fase, que se desarrollará hasta finales de este 2024, comprende el cerramiento exterior de toda la estructura y la construcción de las torres, cuyo coste supera los 800.000 euros; mientras que en la segunda fase, se adecuará el interior del templo para su uso litúrgico.

El Obispado de Segorbe-Castellón aportará 350.000 euros de esta primera fase, a los que se suman los 80.000 que aportará el Consistorio de la localidad, más los 41.000 que se han recaudado a partir de diferentes donaciones. El resto corresponde a la comunidad parroquial, de los que solo para esta primera fase son necesarios 460.000 euros.

El párroco, Luis Oliver, ha explicado que se han creado distintas comisiones de trabajo para pensar y desarrollar distintas iniciativas para recaudar fondos, por ejemplo, en Semana Santa o verano, pues «todos somos necesarios y todos podemos aportar nuestro buen hacer, por lo que les animamos a sumarse y aportar ideas».