Ejército del Aire | Armada El F-35, invisible ante la sustitución de los F-18 y los Harrier españoles
Es un caza furtivo, de quinta generación. Tan sigiloso que parece invisible. Velocidad supersónica. Letal. Su fusión de sensores para conectar sistemas lo acerca a la tecnología espacial. Tiene armas de quinta generación, incluidos misiles JASSM, acoplados a las alas externas, y LRASM, misiles anti buque de largo alcance. Es el F-35, una de las piedras angulares del sistema militar estadounidense. Y se ha extendido por Europa, donde gana clientes. En la actualidad, este avión fabricado por Lockheed Martin forma parte de los programas de defensa de una docena de países: Bélgica, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia, Suiza y Reino Unido. En las últimas semanas, se han multiplicado las especulaciones sobre la adquisición de este caza también por parte de España, pero lo cierto es que no hay ninguna confirmación oficial. La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, optó por el silencio ayer mismo, durante su comparecencia en la comisión parlamentaria en la que detallaba el aumento presupuestario del gasto militar.
Como informó El Debate, el mayor incremento de dicho gasto se produce en los denominados planes especiales de modernización. En este apartado se incluyen 220 millones de euros en 2023 con el objeto de renovar cazas de combate. Estos programas superan los 10.750 millones en los próximos años.
En concreto, un apartado se dedica al 'avión sustituto del AV-8B y C.15M-2ª Fase'; es decir, a los aviones Harrier de la Armada y F-18 del Ejército del Aire. Este programa está dotado con 90 millones para 2023, aunque la previsión es que se destinen 6.250 millones en su conjunto. El segundo apartado se denomina 'avión sustituto del C.15M', también referido al F-18 del Ejército del Aire; dicho apartado cuenta con un presupuesto de 130 millones el próximo año, dentro de un programa global de 4.500 millones.
En definitiva, algunos medios han interpretado que dichas cantidades solo pueden estar pensadas para la adquisición del F-35, al incluirse la mención a los Harrier de la Flotilla de Aeronaves de la Armada, avión que solo podría ser sustituido actualmente por el F-35B, que tiene la capacidad de aterrizaje vertical. Y, por lo tanto, sería compatible con el portaaeronaves L-61 Juan Carlos I.
El silencio de ayer mismo de la secretaria de Estado sigue abonando la posibilidad de que el F-35, haciendo gala de su carácter sigiloso, esté sobrevolando España. Pero por ahora no deja de ser una opción «invisible» y no aparece en los radares de Defensa. «No quepa ninguna duda de que las Fuerzas Armadas y el Gobierno elegirán el mejor sustituto, pero hay que dejar trabajar a las Fuerzas Armadas, hay que dejar elegir el mejor», reclamó la secretaria de Estado, que insistió en que la sustitución está incluida en el planeamiento de la defensa y también presupuestada y por tanto «se hará».
Sea como sea, las dos grandes opciones de futuro que siguen vigentes son el Eurofighter y el futuro caza de combate europeo, integrado en el FCAS (Future Combat Air System). En el primero de los casos, no hace ni un año que el Gobierno dio luz verde a la adquisición de 20 nuevos aparatos por 2.000 millones de euros en el denominado Programa Halcón. En cuanto al segundo, Defensa ha introducido una partida presupuestaria de 525,6 millones de euros para el proyecto, que España lidera junto con Francia y Alemania.
Así pues, está claro que Defensa mantiene con una elevada dotación económica la vigencia de sus apuestas por ambos proyectos, Eurofighter y FCAS. ¿Serían compatibles con el F-35? La respuesta es afirmativa. Pero hay que tener en cuenta que el Ejecutivo siempre ha descartado su interés por el caza, la última vez en agosto. Tampoco se puede olvidar que hasta ahora no se ha planteado ningún programa formal de adquisición. Otro hándicap que juega contra el F-35 son las numerosas empresas que se encuentran comprometidas con el Eurofighter y el FCAS. Si el F-35 está sobrevolando España, lo está haciendo en modo furtivo. Y, al menos por ahora, resulta invisible para los radares más avanzados.