Los inquebrantables principios del Ejército del Aire
A lo largo de sus 84 años de historia, el Ejército del Aire y del Espacio se ha consolidado organizativa y tecnológicamente como uno de los más avanzados del mundo. Misiones internacionales incesantes, una permanente vigilancia del espacio aéreo, la ayuda en misiones humanitarias o incluso la extinción de incendios forman su día a día. Sin olvidar la monitorización del espacio, con el desarrollo y la potenciación cada vez más decisiva de los sistemas espaciales. En ese contexto, el Ejército del Aire mantiene inquebrantable su decálogo de valores y principios. Estos son los principales:
Disponibilidad
La actitud de disponibilidad permanente implica una capacidad de respuesta rápida, «que nos permite una adaptación flexible al amplio abanico de nuestras tareas en cualquier momento y lugar», afirma su ideario. «La disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, constituye el primer y más fundamental deber del militar».
Compromiso
«Compromiso con nosotros mismos, que decidimos seguir el camino del desarrollo personal y profesional», afirma el Ejército del Aire al enumerar sus valores. «Compromiso con mi Unidad. Compromiso con el Ejército del Aire de naturaleza moral e intelectual, compromiso, en definitiva, con España que se hará realidad en el cumplimiento del deber».
Lealtad
«Sin lealtad no hay confianza, y sin confianza sería difícil acometer los sacrificios y complejas misiones que en ocasiones demanda el ejercicio de nuestra profesión. La lealtad nos impulsa a arriesgar incluso nuestra propia vida para salvar la de un compañero».
Respeto
«Respetándonos a nosotros mismos reafirmamos nuestra valía personal y reconocemos nuestras capacidades y habilidades individuales, y no dejamos que nuestro comportamiento contradiga nuestros pensamientos».
Misión constitucional
Espíritu de equipo
«Nuestro espíritu de equipo hace que busquemos nuestra fuerza en la diversidad. Así conseguimos la excelencia porque la diversidad nos enriquece y potencia nuestras capacidades. Todos somos eslabones de la misma cadena».
Profesionalidad
«Una adecuada formación técnica nos ayudará a ser competentes en nuestro trabajo con independencia de que lo seamos en el ámbito operativo, tecnológico, logístico, administrativo o de gestión o formemos parte de tripulaciones aéreas».
Ejemplaridad
«Hablamos a través de nuestra conducta y decisiones. La ejemplaridad es el componente esencial del prestigio personal y profesional. Quien ejerza el mando deberá ser en todo ejemplo para sus subordinados».
Disciplina
«La disciplina que nosotros mismos nos exigimos nos ayuda a autorregularnos y mantener nuestro equilibrio emocional en cualquier circunstancia. La buena noticia es que podemos adquirirla y ejercitarla hasta convertirla en hábito mediante nuestra perseverancia, paciencia y resistencia interior».
Valor
«El espíritu de lucha consiste en la tenacidad y perseverancia que nos conducen a tener éxito en todo aquello que nos proponemos, que nos ayuda a mantener la motivación, superar obstáculos y adversidades y no abandonar o contentarnos con lo fácil o cómodo».