Armada española  Último adiós al patrullero Infanta Cristina: de la guerra del Golfo a azote de la piratería en el Índico

Año 2010. El patrullero español Infanta Cristina lleva a cabo varias operaciones contra grupos de piratas en el océano Índico. En una de ellas, mientras realizaba tareas de protección y de escolta al mercante 'Petra I', el patrullero español se ve obligado a repeler el ataque del buque 'Izumi', secuestrado y operado por bucaneros, permitiendo así que el 'Petra I' continuara su ruta y llegara a su destino. Posteriormente, el 'Infanta Cristina' también intercepta una ballenera integrada por corsarios, procediendo a desarticular el grupo. Son solo dos ejemplos de las múltiples acciones que este histórico buque de la Armada española ha efectuado contra la piratería en el índico, una zona muy castigada por esta lacra.

En 2011, los gallegos Juan Alfonso Rey Echeverri y José Alfonso García permanecieron 137 días capturados en medio del océano Índico; el atunero vasco Alakrana permaneció atrapado 47 días a finales de 2009 y atunero vasco Playa de Bakio estuvo diez días en manos de los piratas en abril de 2008. Son solo algunos casos que demuestran que la piratería es una lacra para el transporte marítimo internacional que castiga particularmente la zona del Cuerno de África. A los citados casos hay que añadir otros que tuvieron una amplia repercusión a nivel internacional, perpetrados por piratas somalíes, como el del crucero de lujo francés Le Ponnant; el del mercante ucraniano Faina, cargado con tanques y munición o el del superpetrolero Sirius Star.

Todos estos casos pusieron de manifiesto que el Océano Índico se había convertido en una área de alto riesgo para los 20.000 barcos que anualmente cruzaban el mar Rojo y el golfo de Adén, pasos obligados de las principales rutas comerciales entre Asia y Europa. La piratería somalí también amenazaba el reparto de ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Solo en 2008 hubo 134 ataques y 40 secuestros de navíos, lo que puso de manifiesto que la piratería era también una amenaza para la actividad de la flota atunera. Por ello, a instancias de España y Francia, el 8 de diciembre de 2008, el Consejo de la Unión Europea puso en marcha la operación Atalanta.

En este contexto, hay que destacar el papel del patrullero de la Armada Infanta Cristina (P-77), que dice adiós a su vida operativa tras 43 años de servicio en las Fuerzas Armadas. Este patrullero, de 88 metros de eslora y una capacidad de desplazamiento de 1.510 toneladas, ha sido uno de los azotes de la piratería en el Índico.

Del 17 al 31 de julio el patrullero de altura, apoyado por el Equipo Operativo de Seguridad del Tercio de Levante PL3N, realizó la última de sus operaciones de vigilancia marítima (MSO), pues está previsto que el buque finalice su vida operativa el día 30 de septiembre. Desde la creación en 2013 del Mando Operativo Marítimo, según informa la Armada, el patrullero realizó un total de 44 misiones de seguridad marítima, contribuyendo al control de los espacios de soberanía e interés nacional y mejorando el conocimiento del entorno marítimo gracias a sus más de 550 días de mar, además de colaborar y apoyar a otros organismos públicos como SASEMAR, DAVA o Guardia Civil en el control del tráfico marítimo, vigilancia de pesca, lucha contra el narcotráfico y la búsqueda y rescate de náufragos.

Con base en Cartagena, fue entregado a la Armada en noviembre de 1980 y la Infanta Cristina fue la encargada de izar por primera vez la bandera nacional a bordo. El buque se sometió a una transformación de corbeta a patrullero de altura en el año 2005.

Como corbeta, ha participado en diversos ejercicios nacionales y de la OTAN, ha realizado en varias ocasiones el crucero de fin de curso de Guardiasmarinas y ha formado parte de la Fuerza Multinacional de Interceptación en el Mar Rojo durante el bloqueo naval impuesto por la ONU. Efectivamente, como corbeta participó en la guerra del golfo Pérsico para la liberación de Kuwait formando parte de aquella Fuerza Multinacional que hizo efectivo el bloqueo naval impuesto a Irak por la ONU.

Ya como patrullero de altura, ha participado en el dispositivo naval de lucha contra la piratería de la Fuerza Naval Europea, 'Operación Atalanta' y ha tenido la misión de escoltar al tráfico mercante vulnerable, especialmente los buques del Programa Mundial de Alimentos, en su tránsito por el Golfo de Adén.

Otra de sus misiones ha sido la protección y control de las actividades pesqueras en la cuenca de Somalia. También durante el año 2016 el buque participo en varias operaciones de vigilancia costera en temas relativos a inmigración o tráfico de sustancias ilegales.

Como homenaje a sus 43 años de servicio a la Armada, el buque tiene previsto realizar durante el mes de septiembre una última navegación de despedida, que le llevará a recalar en los puertos de Málaga, Escuela Naval Militar y Alicante.