Armada española Los submarinos S-80 superan otro hito clave con el éxito del novedoso sistema AIP
Los submarinos de la clase S-80, el futuro del arma submarina española, han logrado superar un nuevo hito, clave en su construcción. El sistema AIP BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology) de Navantia ha superado con éxito una de sus pruebas esenciales. Este sistema es una de las grandes innovaciones que incorporan los futuros sumergibles de la Armada española. Pero, ¿en qué consiste este complejo sistema técnico?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que los submarinos convencionales -no nucleares- se ven obligados cada cierto tiempo a navegar en cotas próximas a la superficie para recargar sus baterías, «empleando sus motores diésel en una operación de toma de aire de la atmósfera que se conoce como snorkel», explica Navantia.
Cuando los submarinos emergen para realizar esta operación, son fácilmente detectables por el enemigo y, en consecuencia, vulnerables. Los submarinos dotados con sistema AIP, en cambio, son capaces de recargar sus baterías en las profundidades del mar, «extendiendo de manera notable su autonomía bajo el agua».
Esta novedosa tecnología se basa en pilas de combustible. Navantia, que ha dado cuenta del éxito de las pruebas, lo explica así: «emplean para su funcionamiento hidrógeno producido a bordo a partir de un combustible -bioetanol, en este caso- en lugar de hidrógeno puro almacenado. Esta evolución permite a los submarinos españoles disponer de mayor cantidad de energía embarcada, pudiendo navegar hasta tres semanas en inmersión». Esto significa que su detección es muy difícil. No son invisibles, pero casi.
Los test efectuados por Navantia son pruebas de aceptación en fábrica del sistema AIP BEST, y se efectúan en una nave de pruebas única en el mundo, construida en el Astillero de Cartagena. El sistema se prueba en tierra, en un entorno de operación simulado, «pero con un alto grado de fidelidad a las exigentes condiciones que tendrá que soportar el sistema durante una misión real». Dichas instalaciones permiten la simulación de la cota de operación del barco y su velocidad de avance en inmersión «o la posibilidad de prueba de la sección completa del submarino que integra el sistema -con sus 12 metros de eslora y unas 400 toneladas de peso- antes de su unión al casco resistente».
Como ya informó El Debate, el AIP se instalará a bordo del Submarino S-83, que tal y como estaba previsto será el primero que presente esta nueva capacidad de serie. Los dos primeros submarinos que se entregarán a la Armada, el Isaac Peral (S-81) y el Narciso Monturiol (S-82) cuentan con un diseño preparado para poder integrar esta tecnología a bordo durante su primera gran carena.