Armada española Honor, valor, disciplina, lealtad: los valores de la Escuela Naval Militar que asume la Princesa Leonor
Cuando se traspasa la imponente puerta de Carlos I que da acceso a la Escuela Naval Militar de Marín, el peso de la historia se percibe en cada rincón. Un arco flanqueado por dos garitas, que permanece siempre bajo vigilancia militar, acoge a los nuevos alumnos en un ritual que se repite año tras año. Aquí se han forjado generaciones de militares que han grabado en su ADN los valores y principios que aquí se inculcan. Honor, valor, disciplina, lealtad. Estos lemas que forman parte indisoluble de la Escuela Naval Militar están presentes en grandes caracteres ya desde la misma carta de bienvenida al curso 2024/2025 que han recibido los nuevos alumnos que, como la Princesa Leonor, se incorporan este jueves.
«Como tu Comandante-Director te doy la bienvenida a la Armada y, en concreto, a la Escuela Naval Militar. Culminas estos días un proceso que, a buen seguro, habrá requerido mucho esfuerzo, constancia y afán de superación, valores todos ellos necesarios en la Armada, por lo que en nombre de todos los que formamos parte de la Escuela Naval, y en el mío propio, te transmito mi más sincera felicitación por tu ingreso. ¡Enhorabuena!», dice la misiva firmada por el capitán de navío Pedro Cardona Suances.
La importancia de los valores y principios está presente a lo largo y ancho de la Escuela, mediante rótulos e inscripciones que se encuentran a la entrada de numerosas dependencias. «La única lucha que se pierde es la que se abandona», reza uno de ellos a la entrada de una de las aulas del pabellón 17. «Conoce a tu adversario y conócete a ti mismo y vencerás en cien batallas», afirma otro. En uno de los pasillos hay una vitrina con una bella esfera celeste de cristal con la tierra en el centro. En el pedestal está grabado el siguiente lema: «Estudiar es ya servir a España».
En uno de los muros de entrada hay grabado en la piedra un listado de fallecidos en acto de servicio, y a uno de los lados, se encuentra el siguiente extracto de las órdenes generales para oficiales que constan en las Reales Ordenanzas de 1768, y que merece la pena reproducir:
«El oficial cuyo propio honor y espíritu no le estimulen a obrar siempre bien vale muy poco para el servicio; el llegar tarde a su obligación, aunque sea de minutos; el excusarse con males imaginarios o supuestos a las fatigas que le corresponden; el contentarse regularmente con hacer lo preciso de su deber, sin que su propia voluntad adelante cosa alguna, y el hablar pocas veces de la profesión militar son pruebas de gran desidia e ineptitud para la carrera de las armas». Toda una declaración de intenciones que resalta la importancia de los valores en la formación de la Armada española.
¿Cuál es la misión básica de la Escuela? Formar los mejores Oficiales, capaces de defender a España, a sus ciudadanos y a sus intereses en y desde la mar. Puede parecer una definición pomposa, pero la calidad de la enseñanza en esta Escuela es de un altísimo nivel, y sigue de alguna manera el camino que señaló el histórico almirante Augusto Miranda: «El Oficial de Marina es y será siempre el componente básico del poder de una flota; hombre de acción pronta y enérgica, debe mostrar un conjunto poco frecuente de habilidades superiores. Cuerpo sano, fuerte y ágil; inteligencia clara y previsora; juicio rápido basado en un perfecto conocimiento profesional; voluntad firme y resuelta; espíritu de abnegación y patriotismo». En esencia, principios que siguen vigentes. No en vano la Armada lleva formando a sus oficiales desde hace más de 300 años.
La Escuela Naval se encuentra en un emplazamiento privilegiado para la enseñanza a los alumnos. Sus cifras dan una idea de su importancia. Tiene una superficie de 260.000 metros cuadrados, y sus edificios llenos de sabor cuentan con 32.000 metros cuadrados. Tiene a su disposición una línea de costa de 1.530 metros y en total su perímetro es de 2.480 metros, según los datos que maneja la Escuela. El amplio recinto incluye la Escuela Naval, la Base Naval Secundaria, el Centro de Adiestramiento Secundario de la Flota, el Arsenal Secundario, el Polígono de medición EM e IR, y el Centro de Inteligencia Artificial de la Armada.
Durante este curso, la escuela de Marín tiene previsto impartir docencia a 628 alumnos nacionales; 489 de los cuerpos específicos de la Armada, y 139 de los Cuerpos Comunes de la Defensa, además de a Reservistas Voluntarios de la Armada. Asimismo, se contará con la presencia de 23 alumnos internacionales de ocho países que cursarán un currículo completo o, al menos, un cuatrimestre.
La formación integral que recibirá la Princesa tiene cinco pilares: científica, militar, técnica, naval y física, pero siempre marcada por los valores anteriormente citados. Entre los avances y retos que presenta este curso, la escuela naval señala no solo la formación en valores; también abre una puerta a la transformación digital con aplicación de la inteligencia artificial y simuladores inmersivos de realidad virtual.
Fue en 1938 cuando se decidió el traslado de la escuela Naval a Marín, por las condiciones idóneas de la ría para las prácticas de navegación. Al finalizar la guerra se iniciaron las obras en la Escuela de Tiro Naval, que acabaría transformándose en la actual Escuela Naval Militar, inaugurada el 15 de agosto de 1943.