Estos son los guardianes de la hora oficial de España

Funciona como una jaula de Faraday, en su interior se mantiene una temperatura contante y tiene unos sistemas debajo de cada reloj para evitar vibraciones del entorno

Cada minuto cuenta en el Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA). Y no es una forma de hablar, porque es la institución científica encargado de definir y mantener el patrón de la unidad básica de tiempo y la Escala de Tiempo Universal Coordinado (UTC), es decir, desde sus instalaciones sale la hora oficial de España. El Observatorio se fundó en 1753 bajo la dirección del marino científico Jorge Juan, como centro para formar en ciencias astronómicas a los futuros oficiales de la Armada, pero poco después se trasladó a su ubicación actual en San Fernando, y desde entonces se ha convertido en una institución científica que tiene muchas otras funciones. Ahora bien, ¿Por qué es la Armada la encargada de definir y mantener la hora oficial nacional?

La respuesta a esta pregunta la da el Segundo Comandante-Director del ROA, el Capitán de Fragata Héctor Esteban, que nos recibe a las puertas del emblemático edificio de Real Observatorio. El interior nos traslada al siglo XVIII, a una época en la que los marinos tenían que calcular la latitud y la longitud para orientarse en mitad del océano cuando no tenían ninguna referencia terrestre.

«La latitud se obtiene directamente de la observación de la estrella polar directamente a la altura sobre el horizonte. Pero para calcular la longitud necesito conocer el tiempo. ¿Por qué? Porque la Tierra está girando a razón de 15 grados cada hora. Por eso para los navegantes era imprescindible tener un buen reloj que esté sincronizado con el meridiano de origen, que en este caso era el Real Observatorio», explica el segundo comandante.

Utilizaban los relojes que hoy se exponen en sus salas históricas y una «bola de señales situada en la cúpula del edificio, que caía a la una del mediodía» servía de referencia horaria para que los buques situados en la bahía sincronizaran sus relojes respecto a la hora de San Fernando y la utilizaban para posicionarse durante sus travesías. Era un «faro temporal» para los marinos de la época, y lo sigue siendo hoy para el resto de la sociedad.

Sección de la Hora

Más de 270 años después, el ROA sigue siendo el encargado de dar la hora oficial en todo el país. En la Sección de la Hora, se encuentra una sala blanca muy especial, porque está diseñada para custodiar los relojes atómicos que dan la hora oficial de España. Funciona como una jaula de Faraday, en su interior se mantiene una temperatura contante y tiene unos sistemas debajo de cada reloj para evitar vibraciones del entorno.

Para conseguir la hora exacta se utilizan relojes de dos tipos: cinco de cesio, que son más estables a largo plazo, y dos de hidrógeno, que lo son a corto plazo. Para calcular la hora lo que se hace es «promediarlos mediante un algoritmo matemático, le damos mayor peso al que sea más estable, al mejor reloj, y entre todos ellos sale la escala UTC-ROA, que es la base de la hora oficial española, sincronizada con el meridiano de Greenwich y ajustada dos veces al año», detalla el Segundo.

El tiempo como servicio público

En el mismo lugar está la sala de servidores de tiempo, donde se compara la escala UTC ROA con otras como la de París o el Observatorio Naval de Washington, «y con eso podemos chequear en tiempo real la estabilidad y exactitud de nuestra escala», explica el Capitán de Fragata. Otra función es la distribución o diseminación del tiempo, que se realiza por medio de dos servidores públicos que «responden a más de 100 millones de solicitudes diarias de sincronización horaria en toda España», apunta.

También ofrecen un servicio de hora certificada para organismos como el Ministerio de Hacienda, la Fábrica de Moneda y Timbre, el Colegio de Registradores y empresas de telefonía móvil. También colaboran con la Oficina de Pesas y Medidas, que son los responsables de crear la Escala de Tiempo Universal Coordinado (UTC), acumulando los datos de 400 relojes de varios países del mundo.

Como centro científico, desarrollan sus propios equipos. En una sala que «es como estar dentro del mecanismo de un reloj», están desarrollando un reloj óptico que tendrá una precisión «hasta mil veces mejor que los mejores relojes de microondas», explica. Pero además de su papel como guardianes del tiempo, el ROA desempeña funciones científicas en otras secciones como geofísica, en la que estudian el campo magnético terrestre y la actividad sísmica. Mientras que el equipo de astronomía se centra en la catalogación y seguimiento de basura espacial mediante un telescopio láser que alcanza una distancia de unos 26.000 kilómetros.

También tienen la sección de efemérides astronómicas de la que salen dos publicaciones: el Almanaque Náutico y las propias efemérides. Así, el Real Observatorio de la Armada se ha convertido en un centro científico de referencia para muchos otros ámbitos que van vas allá de su histórica misión de ofrecer una referencia horaria a los marinos y a la sociedad.