Juego de la Oca del Camino de SantiagoAyuntamiento de Pamplona

Esta es la teoría que relaciona el Juego de la Oca con el Camino de Santiago

El juego tradicional estaría creado por los Caballeros Templarios y se trataría de un código encriptado del Camino de Santiago Francés

«De oca a oca y tiro porque me toca». Esta frase icónica evoca al juego de mesa ampliamente reconocido con solo ser mencionada.

El juego de la Oca es atemporal y ha encantado a generaciones de jugadores de todas las edades, desafiando incluso a las últimas innovaciones en inteligencia artificial. Es un pasatiempo arraigado en la tradición, capaz de reunir a amigos y familiares alrededor de un tablero en una emocionante competición hacia la casilla final, sorteando obstáculos y desafíos en el camino. A pesar del paso del tiempo y las cambiantes tendencias, este juego sigue manteniendo su encanto y atrayendo a nuevos jugadores para disfrutar de su magia y diversión.

¿Pero cuál es el origen de este juego? Hay diversas teorías al respecto. Una de ellas lo relaciona con el Camino de Santiago, específicamente, el Camino Francés.

La Oca camino a Santiago

La creación del juego de la Oca se atribuye a los Caballeros Templarios según una teoría que lo vincula al Camino de Santiago. Los Caballeros Templarios era una de las órdenes militares cristianas más poderosas de la Edad Media, formada por monjes guerreros que defendían a los cristianos que peregrinaban a las tierras santas: Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela.

En consecuencia, durante la Edad Media, los Caballeros Templarios desarrollaron una especie de guía encriptada del Camino de Santiago Francés en forma de un juego ilustrado con ocas. Para esta orden, no era un entretenimiento, ya que prohibían los juegos de dados, sino un jeroglífico que todos comprendían independientemente del idioma que hablasen, con símbolos que guiaban a los peregrinos hacia Santiago.

Los códigos utilizados en el juego de la Oca eran simples, lo que facilitaba su recuerdo y no despertaba sospechas porque pasaban desapercibidos para el resto. Era una especie de mapa simbólico del Camino Francés, en el que cada casilla representaba un punto de interés a lo largo de la Ruta Jacobea.

Simbología del juego

El simbolismo de la Oca en relación al Camino de Santiago Francés se ve, según esta teoría, como el trayecto de Este a Oeste que realiza esta ave migratoria y que culmina en Finisterre al igual que los peregrinos.

Las casillas del juego de la Oca representan el viaje de ida y vuelta del Camino, desde St. Jean de Pied de Port hasta Santiago. Las primeras 32 casillas simbolizan las etapas del Camino Francés mientras que las 31 siguientes hacen referencia al de Santiago Compostela. En muchos tableros, se muestran puntos célebres de la ruta que son emblemáticos en la comunidad gallega, como la casilla de la Oca que hace mención a O Cebreiro (Piedrafita en la Provincia de Lugo); la casilla de la Muerte que representa a Santiago de Compostela; o la gran casilla final que simboliza Finisterre.

Las casillas de las posadas serían representativas de los albergues donde los peregrinos descansan durante su travesía. La de los pozos aludirían a los períodos de desánimo emocional que pueden experimentar los caminantes durante el largo trayecto.

El dado simbolizaría el factor de azar que acompaña a los peregrinos durante todo su viaje, con avances y retrocesos que pueden ocurrir en relación con los tiempos de llegada, representando así la imprevisibilidad del trayecto. Mientras que los laberintos son una metáfora de las dificultades físicas o los obstáculos que los peregrinos pueden enfrentar en su camino hacia Compostela. Representarían, por lo tanto, los desafíos tangibles que pueden encontrar como caminos confusos o senderos difíciles de atravesar.

La Oca y el número 9

El número 9 ha sido considerado sagrado o divino en diversas culturas y religiones. En el cristianismo, se asocia con la plenitud, la perfección y la trinidad, siendo el resultado de 3 (el número divino) multiplicado por 3. Además, se vincula con la sabiduría y el entendimiento espiritual.

En el contexto del Camino de Santiago y especialmente de la Catedral, el número 9 tiene un significado especial, ya que está presente tanto en la arquitectura de la catedral como en sus edificios anexos. Esto puede sugerir una conexión simbólica con los conceptos de plenitud, perfección y realización espiritual asociados con el número 9 en otras tradiciones.

La teoría que sugiere que los diseñadores de la Catedral de Santiago de Compostela la hicieron en torno al número 9 se basa en diversas observaciones y simbolismos encontrados en la arquitectura y la estructura de la catedral. Se dice que la planta de la catedral está diseñada en torno a un esquema basado en el número 9. La catedral tiene tres naves principales, cada una con nueve tramos. Además, la cabecera de la catedral, donde se encuentra el altar mayor, está formada por tres capillas principales, también en un esquema de nueve.

También el número de arcos y columnas en la catedral sigue un patrón relacionado con el número 9, hay nueve columnas en cada lado de la nave central. El rosetón principal de la catedral está dividido en nueve secciones, lo que podría ser otra referencia al número 9.

Si lo relacionamos con el Juego de la Oca entre cada casilla de La Oca hay 4 ó 5 huecos, 5+4 suma 9. La casilla de la Gran Oca está en el número 63 que otra vez suma 9.

Además hay diferentes significados del número 9 que podría tener relación con esta teoría: La carta número 9 del tarot representa al ermitaño o peregrino. Los fundadores de la Orden del Temple fueron nueve. La casilla final de la Oca, la número 63, suma nueve (6+3).

En definitiva, aunque las pruebas históricas puedan ser escasas, la riqueza de significado y la posibilidad de que el Juego de la Oca haya sido inspirado por el viaje espiritual hacia Santiago de Compostela nos recuerda la intrincada red de conexiones presentes en nuestras tradiciones culturales. En última instancia, esta teoría nos insta no solo a apreciar el juego como un simple pasatiempo, sino también a contemplar su potencial como un reflejo de la búsqueda constante de significado y aventura que caracteriza al Camino de Santiago.