Playa de Pintens

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Vecinos de Cangas, hartos de la «masificación»: «Turismo sí, pero trastoca nuestra vida»

Los vecinos se quejan de que los turistas aparcan en lugares indebidos y dejan basura en cualquier lado

El pasado fin de semana, medio centenar de vecinos decidieron cortar una carretera de acceso a las playas de la zona de Hío, una parroquia del municipio de Cangas de Morrazo en Pontevedra. «Estamos muy hartos y llegamos a un punto en el que tuvimos que decir basta», explica Merchi Villar, presidenta de la asociación de vecinos «Terra da Laxe» de Pinténs, a El Debate.

«Nos quejamos todos los años pero ha habido un incremento muy grande», explica sobre la situación. Su queja principal se centra en la falta de «civismo» de los turistas y su poco cuidado a la hora de aparcar. «Los peatones no tienen sitio para pasar. Aparcan en las puertas y de las casas y en cualquier carretera», relata.

Por ello, el periodo estival se ha convertido en un infierno para los locales que entienden que el turismo beneficia pero tiene que tener sus límites. «El tráfico es bestial. Si quieres salir de tu casa, a veces, tardas hora y media en ir y volver a una distancia de 2 kilómetros», asegura Merchi que añade que la orografía de la zona dificulta, aún más, la convivencia puesto que no hay muchos huecos para aparcar y no hay aceras en muchos sitios. La portavoz de estos vecinos subraya el problema añadido de un tráfico difícil: «Si hay una urgencia sanitaria o un incendio, los bomberos o protección civil no pueden acceder», apunta.

Pero el tráfico no es el único problema al que se enfrentan. «Muchos de los turistas dejan basura. Lo lanzan, incluso, por encima de la verja de tu casa», añade destaca Merchi que pide que los turistas tengan más civismo a la hora de visitar la zona.

A pesar de las quejas, la solución de la situación no es sencilla. Una de las propuestas pasa por aparcamientos disuasorios y lanzaderas a las playas para evitar que los turistas entren con sus vehículos privados hasta los alrededores de la playa. «Todo el mundo tiene derecho a venir a la playa pero esto no puede sobrepasar que nosotros vivamos tranquilamente. La gente no está concienciada de que hay que cuidar el entorno», se queja.

Además, la situación se extiende durante todo el verano. «Si fuese por una fiesta en un momento puntual puede entenderse», asegura Merchi. Sin embargo, es un «problema continuo» y, por lo tanto, piden que las autoridades piensen en una solución.

Por el momento, los vecinos no tienen otra que resignarse a esperar el fin del verano y quejarse para que el próximo no siga ocurriendo lo mismo.

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