Rueda defiende que la tasa turística no afectará: «Nadie va a dejar de venir por pagar 2 euros más por un hotel»
El presidente de Galicia ha remarcado la importancia de luchar contra la «turismofobia» y ha rechazado ciertas actitudes que critican la llegada de visitantes
La imposición de una tasa turística está cada vez más cerca en ciudades gallegas como Santiago de Compostela. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha asegurado que su implantación no tendría por qué causar un efecto negativo porque «nadie va a dejar de venir por tener que pagar 2 euros (más) por un hotel».
El mandatario autonómico ha hecho esta reflexión durante su intervención en una nueva edición los Encuentros del Eo, organizados por La Voz de Galicia y Sabadell, y que ha vuelto a reunir este jueves en Viveiro (Lugo) al presidente gallego con su homólogo asturiano, Adrián Barbón.
Rueda defiende que la implantación de la tasa no debe aplicarse a todo el territorio y ha asegurado que es importante luchar contra la «turismofobia» de ciertos sectores.
El presidente gallego ha dicho sentirse «ofendido» por la aparición de «carteles» en locales de hostelería que «decían que los 'fodechinchos' no pueden entrar», en alusión al término coloquial que se emplea en Galicia para referirse a visitantes foráneos, generalmente de Madrid.
«Es ofensivo y no representa a los gallegos», ha remarcado Rueda, que se ha preguntado cómo reaccionaría un gallego si viese carteles en otros lugares que pusiesen «que un gallego no puede entrar».
En todo caso, cree que los gobiernos sí están «obligados» a regular los flujos para hacer «sostenible» el turismo a través de la apuesta por herramientas para la destacionalizar las visitas y promocionar otros territorios.
Rueda ha señalado que, en la actualidad, sólo hay una petición «concreta» por parte del Ayuntamiento de Santiago, que ha remitido una propuesta para crear una tasa a las pernoctaciones en hoteles a través de un tributo de carácter autonómico que los municipios implantarían, precisamente, de forma voluntaria.
El presidente de la Xunta ha incidido en que «ahí es donde se puede hablar» porque debe «respetarse la autonomía local», si bien ha advertido del «mensaje» de que la creación de este tipo de medidas pueda suponer un freno a la llegada de visitantes en territorios donde existan quejas sobre la presión turística.