Propietaria de un puesto de recuerdos en Santiago

Propietaria de un puesto de recuerdos en SantiagoRaquel Tejero

Los comercios contra la tasa turística de Santiago: «Lo que gasten así, no lo harán en nuestros negocios»

La tasa prevé cobrar ente 1 y 2,5 euros a cada turista por cada noche que pase en la ciudad

«Lo que gasten en la tasa turística, no lo gastarán en las tiendas y en los restaurantes». Así se expresaba Laura, la propietaria de un puesto de recuerdos de Santiago de Compostela sobre la imposición de la tasa turística que pretende implantar el Ayuntamiento de la ciudad.

La pasada semana, el Concello envió una carta a la Xunta para comenzar la tramitación del impuesto. Por su parte, el presidente gallego, Alfonso Rueda, avisó de que si se creaba esta tasa debería haber una «regla general» para los municipios. Por el momento, solo hay dos ayuntamientos que han expresado su voluntad de implantar la tasa, el de Santiago y, en las últimas horas, el de O Grove (que no ha remitido aún documentación a la Xunta).

El Debate ha hablado con varios propietarios de negocios del centro de la capital gallega que han mostrado su desagrado por la tasa turística al considerar que supondría un perjuicio para ellos. La razón, tal y como apuntaba Laura, es que los turistas gasten menos o decidan irse a otras ciudades que no cuenten con este tributo.

El impuesto prevé cobrar entre 1 y 2,5 euros por persona y noche. Aunque, a simple vista, parece un importe bajo hay que tener en cuenta que, por ejemplo, una familia de 4 que pasase una semana entera en Santiago tendría que pagar 56 euros extras en sus vacaciones. «Los que vengan con el presupuesto más ‘ajustadiño’, lo notarán mucho», aseguran.

Además, subrayan que «Santiago es una ciudad que vive del turismo y de los estudiantes», por lo tanto, las medidas pretendidas por el Ayuntamiento suponen ir «en contra de la naturaleza». «Al final nos cobrarán por pasear por la calle», se quejan.

Plan contra el turismo

En tan solo un mes, el BNG ha decidido implantar una batería medidas para limitar el turismo en Galicia mediante diversas iniciativas. En particular, su administración en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela ha implementado varias restricciones con el objetivo de reducir el incremento de turistas justo al inicio de la temporada alta.

La primera medida se centró en restringir las licencias para pisos turísticos. Esta decisión provocó controversia inmediata, afectando a más de 600 familias que se sintieron abandonadas por el gobierno local, el cual había prometido que sus viviendas serían incluidas de alguna manera en la nueva normativa. Sin embargo, esto no se cumplió y no obtendrán la licencia. Para conseguirla, deben cumplir ciertos requisitos que la mayoría no están dispuestas a aceptar.

Por otro lado, el BNG ha suspendido la concesión de licencias en el casco histórico para aquellos comercios que quieran dedicarse a la venta de recuerdos. El centro de la ciudad está repleto de este tipo de negocios que surten de souvenirs a los millares de peregrinos que transitan por sus calles.

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