El radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón.EP

Un 70 % del territorio gallego en alerta por el gas radón, causante de cáncer de pulmón

Las viviendas con sótano, casas antiguas con más de 100 años o aquellas con deficiencias constructivas tienen más probabilidades de presentar elevadas concentraciones de radón

El radón, un gas radiactivo y altamente cancerígeno, es una amenaza para uno de cada cinco trabajadores en zonas calificadas de alto riesgo en España, según constata Molins, experta en construcción sostenible, a partir de un estudio reciente presentado por investigadores españoles. Una realidad que preocupa en uno de cada tres municipios del país; con especial atención en Galicia, que tiene más del 70 % de su territorio en alerta, Extremadura (47 %) y Madrid (36 %).

Este gas, que procede de la desintegración del uranio, está presente en la corteza terrestre y puede filtrarse a los edificios por la porosidad del terreno. De hecho, más del 10 % de estos presenta niveles alarmantes o superiores al límite permitido por estándares internacionales, según el Centro de Seguridad Nuclear (CSN).

La población que trabaja o reside en plantas bajas o primeras está expuesta, en general, a una concentración tres veces más alta. Sin embargo, aunque el riesgo suele disminuir a razón de 20 % por planta, también puede encontrarse en pisos superiores debido a los materiales de construcción, el agua y el llamado ‘efecto chimenea’.

Las viviendas con sótano, casas antiguas con más de 100 años o aquellas con deficiencias constructivas tienen más probabilidades de presentar elevadas concentraciones de radón en su interior, generalmente por un peor aislamiento del terreno. Algunos de estos lugares pueden tener índices incluso superiores a otros habitualmente ya regulados, como cuevas, galerías y minas subterráneas.

Edificios públicos

En ese sentido, los efectos nocivos del radón no afectan por igual a todos los lugares. Por ejemplo, según estudios realizados recientemente, existen mayores riesgos en las propiedades públicas que en las privadas; a menudo localizadas en edificaciones históricas, más proclives a tener más grietas en los cimientos o un aislamiento deficiente del suelo. En detalle, uno de cada cinco edificios públicos fundamentalmente situados en zonas de riesgo excede el nivel máximo de concentración de radón, establecido en 300 becquerelios por metro cúbico.

En un análisis por sectores de trabajo, tres de cada diez edificios culturales (bibliotecas, museos y otros) superan los niveles máximos permitidos de gas radón. Misma situación para uno de cada cuatro centros educativos (colegios e instalaciones científicas) y uno de cada cinco edificios públicos. Por lo general, estas cifras relativas a instituciones culturales y educativas son seis veces más altas que las oficinas bancarias. Por su parte, las utilities de servicios como electricidad, gas, agua o autopistas, sobrepasan en 5,7 veces al sector financiero.