Uno de los murales de Lugrís

Lugrís y sus murales enterrados en un local en ruinas en La Coruña que pretende rescatar La Xunta

Con el objetivo de darles la máxima protección patrimonial bajo el interés común de garantizar su integridad, permanencia en la ciudad y el acceso público

La idea de la Xunta de Galicia es comprar estos murales en el proceso de concurso de acreedores con el objetivo de darles la máxima protección patrimonial bajo el interés común de garantizar su integridad, permanencia en la ciudad y el acceso público. La Xunta pretende trasladarlos al Museo de Bellas Artes de La Coruña, previa rehabilitación.

Para ello el gobierno gallego ha impulsado la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de los murales de Urbano Lugrís, situados en la calle de los Olmos, de la ciudad herculina por «su relevancia e interés para La Coruña y Galicia».

¿Qué ofertas hay por los murales?

El juzgado que lleva este concurso de acreedores ha cerrado el plazo para presentar ofertas. En total han sido 4 las pujas presentadas.

La primera, por 30.000 €, de Redondela Investments, promotora interesada en la compra de los edificios. Hay una de un particular, por 36.000 €, mientras que la empresa Prolar Arte ha ofrecido 40.100 €. Es la más alta y procede de una firma vinculada con la Galería Montenegro de Vigo.

Por su parte, la Xunta de Galicia ha ofrecido 35.000 euros. Una oferta que ha sido superada por un particular y por la galería de arte de Vigo. Aunque en caso de que finalmente los murales de Lugrís sean declarados como BIC a la Xunta de Galicia le bastaría con igualar la mejor oferta para ser su propietario.

De todas las maneras, todas las cantidades ofertadas son muy inferiores a los 250.000 € en los que fueron valorados los murales por la Admnistración concursal.

Los murales de la calle Olmos

Los murales creados por Urbano Lugrís son una expresión única del arte en espacios poco convencionales, como restaurantes, mesones o bares. Durante la década de 1950, Lugrís solía recibir encargos de propietarios de establecimientos de hostelería, quienes le pagaban con comida y bebida. Estas obras fueron específicamente diseñadas para adornar las paredes de estos lugares, brindando una atmósfera única y distintiva.

El conjunto mural situado en la calle Olmos consta de doce piezas que originalmente formaban parte del antiguo local de hostelería que ocupaba el bajo y el primer piso. Estos murales fueron encargados por el Restaurante Fornos, que tiene sus raíces en el siglo XIX. Las pinturas representan diversas escenas relacionadas con La Marina, como fondos marinos, barcos, veleros, anclas, galeones, así como panorámicas de la ciudad y elementos emblemáticos como la Torre de Hércules, la antigua Comandancia de Marina y el Castillo de San Antón.