Del tranvía de mulas al bus eléctrico: 120 años de evolución del transporte público en La Coruña
Un libro recoge más de un siglo de historia del servicio en la ciudad
La puesta en marcha del transporte público en La Coruña el 1 de enero de 1903 supuso un cambio drástico en la vida de la ciudad, ya que comunicó zonas del municipio que hasta entonces apenas mantenían relación. El primer servicio, que enlazó Puerta Real con la Estación del Norte (la antigua terminal ferroviaria situada en la zona que ocupa hoy El Corte Inglés), era el conocido como tranvía de mulas, oficialmente denominado como tracción sangre, que funcionaba con dos de estos animales y que contaba con otro de refuerzo. Desde aquel momento han pasado ya más de 120 años y ha evolucionado hasta llegar a los autobuses eléctricos. La empresa que lo puso en marcha y que todavía lo gestiona hoy en día es la Compañía de Tranvías, que ha editado un libro para recordar su historia, 120 años al servicio de La Coruña.
El director de la empresa, Ignacio Prada, explica que este trabajo permite tener la «perspectiva de dónde venimos y hacia dónde vamos» después de más de un siglo de vida. Los autores de esta publicación, a la venta en la librería Arenas, son Carlos Pérez, ex trabajador de la firma, y Rubén Ventureira, periodista y colaborador de El Debate. Este último relata que hubo «varios proyectos para crear una línea» que enlazase Puerta Real con la estación de tren y que en 1903 salió adelante el proyectado por la Compañía de Tranvías, que se había constituido en 1901 con un capital social de 350.000 pesetas por un numeroso «grupo de coruñeses».
La dificultad financiera para lograr «electrificar» las calles hicieron que los creadores del primer transporte público coruñés se decantasen por la puesta en marcha del tranvía de mulas, en el que dos de estos animales tiraban del vehículo, según indica Prada.
Cubría la ruta hacia la plaza de España a través de la calle San Andrés y después iniciaba el ascenso por Cordonería hacia Panaderas. En este último punto el vehículo detenía su marcha para enganchar una mula más y así poder enfrentar esta pendiente. Una vez superado este tramo, se desenganchaba al animal y este volvía solo a su lugar de espera. Ventureira apunta a que por este motivo a esta calle se le conoció durante bastante tiempo como «cuesta de la Mula». Este itinerario también contaba con dos ramales que partían de Juana de Vega y llegaban a Riazor y a cocheras.
La llegada de los trolebuses
A partir de 1913 se empieza a electrificar el servicio hasta que ocho años después desaparece el transporte de tracción animal. En 1923 el tranvía sale de la ciudad hasta llegar a Sada, con cocheras en O Carballo, y en 1956 este recorrido pasa a ser prestado por autobuses.
Los trolebuses, vehículos eléctricos alimentados por una catenaria, llegan a La Coruña en 1948 y desaparecen en 1979, con lo que solo se quedan los autobuses. Rubén Ventureira señala que en la década de 1970 se produce «un pico de viajeros» y que en ese momento empieza un acusado descenso tras la «popularización del coche particular».
En los años siguientes, ya en los 80, se «remodela todo». Entre otras cuestiones, se ponen en marcha los bonobuses y tarjetas monedero que conocemos en la actualidad y también se establece el color rojo característico del transporte público coruñés.
La vuelta a la electricidad
El final de los trolebuses supuso el abandono definitivo de la electricidad como fuente de energía para mover a los vehículos. Después de 17 años regresó a la ciudad el tranvía eléctrico, que funcionó entre 1997 y 2013, con la puesta en marcha de un servicio enfocado al turismo que tenía como punto de partida la Dársena de La Marina y llegada hasta el estadio de Riazor a través del paseo marítimo.
El proyecto, ideado por el alcalde socialista Francisco Vázquez, contaba con vehículos restaurados para la ocasión y durante unos días se llegó a probar un metro ligero.
Su final se produjo en 2013 tras registrarse daños en unos raíles que provocaron el descarrilamiento de un tranvía y desde entonces el Ayuntamiento ha mantenido en suspenso este servicio.
El sistema eléctrico regresó unos años después. La Compañía de Tranvías incorporó recientemente un autobús eléctrico que funciona actualmente en las líneas 2 y 2A y que convive con el resto, que utilizan combustibles fósiles. El director de la empresa, Ignacio Prada, relata que se han «hecho pruebas en todas las líneas» y «vemos que sí es posible» tenerlo en activo.
Así, la empresa llega a la actualidad tras más de 120 años de historia. Cuenta con unas cocheras situadas en los Rosales en las que se almacena la flota de 95 autobuses que recorren La Coruña para llevar a sus usuarios a su destino. Ignacio Prada recalca que la firma ha sobrevivido a la «gripe española», «la Covid» e incluso a «atentados» ocurridos en la década de 1920.