La capilla de San Andrés de Teixido, en Cedeira

La capilla de San Andrés de Teixido, en Cedeira

«Va de muerto el que no fue de vivo»: la leyenda de San Andrés de Teixido que atrae a los peregrinos

Este enclave de Cedeira (La Coruña) es el segundo centro religioso con más visitantes de Galicia tras Santiago de Compostela

«A San Andrés de Teixido va de muerto el que no fue de vivo», dice la tradición popular gallega. En medio de los mayores acantilados costeros de la Europa continental (con más de 600 metros de altura), en una zona en la que la cobertura móvil brilla por su ausencia y donde casi todos los caminos tienen una gran pendiente, se encuentra ubicada esta pequeña aldea en la que oficialmente habitan 45 personas y que pertenece al municipio de Cedeira, en la provincia de La Coruña. Después de Santiago de Compostela, es el segundo mayor centro de peregrinación de Galicia.

Es un lugar cargado de misterio y en el que las leyendas permanecen vivas con el paso de los años. Las personas que llegan a este núcleo rural suelen acudir en busca de la capilla, que llama la atención por su peculiar fachada que recuerda al turrón de alguna manera. En su interior hay un libro de firmas que da muestra de la popularidad de este enclave y en el que se pueden leer todo tipo de mensajes. Entre los más recientes figuran algunos que permiten hacerse una idea del tipo de visitantes: «¡Qué pueblo más bonito! Desde Japón. Precioso», «queda constancia de que te hemos visitado vivos, mucha salud» o «regreso a este mágico lugar después de 20 años, gracias por mantener con buena salud a mi sobrino Pablo durante estos años de trasplantado».

La capilla de San Andrés de Teixido, en Cedeira

La capilla de San Andrés de Teixido, en Cedeira

El cronista oficial de Cedeira, Rafael Usero, señala que San Andrés de Teixido es un «poderoso imán» que atrae a muchísimos peregrinos todos los años, especialmente las provincias de La Coruña, Lugo y Pontevedra, donde está más extendida la tradición. La tradición popular establece que quien no visitó este rincón de Galicia en vida, lo hará después de su muerte convertido en alma en pena o en una pequeña alimaña.

Las principales leyendas

Hay varias leyendas sobre este emplazamiento. La principal es que cuando San Andrés llegaba a los acantilados de la zona, su barca naufragó y se convirtió en un peñasco. Este tomó forma de barca invertida, y desde entonces se le conoce como «La Barca de San Andrés».

También existe otra muy extendida que apunta a que cuando Dios terminó de hacer el mundo, descansó y en este rincón apoyó su mano, esculpiendo las rías gallegas. Muchos milenios después, Cristo acompañado de Pedro sintió curiosidad por conocer el lugar, donde encontró a San Andrés y este le suplicó que no se marchase. El mito dice que la respuesta que le dio fue que la comida no le faltaría, las aguas serían sanas y que disfrutaría de las visitas continuas de todas las gentes.

Se considera que la peregrinación a este lugar es anterior al propio cristianismo porque ya existía un lugar de culto a «una divinidad pagana» que «recibía la adoración de sus devotos» y que «la existencia de Teixido como lugar sagrado hunde sus raíces en la sima de los tiempos», según recoge el libro El Santuario de San Andrés de Teixido, escrito por Rafael Usero. Aquel punto de culto se cristianizó y así llegó hasta nuestros días.

Interior de la capilla de San Andrés de Teixido, en Cedeira

Interior de la capilla de San Andrés de Teixido, en Cedeira

El actual santuario comenzó a construirse en el siglo XVI, aunque tuvo diversas reformas posteriores. Se enmarca en el estilo gótico con carácter marinero y en la actualidad presenta una fachada muy llamativa que recuerda al turrón y que se ejecutó hace medio siglo. En el interior, hay pinturas murales que representan el martirio de San Andrés y que fueron descubiertas en 1970 tras el retablo mayor.

La primera referencia documentada de la peregrinación es del año 1391. Usero relata que fue una «señora de Viveiro» que encargó a otra persona «ir en su lugar» a cumplir con la tradición. Esta aldea de Cedeira se convirtió en un importante punto de peregrinación que llega hasta nuestros días.

A pocos metros de la capilla, se encuentra la fuente de los tres caños, que cuya agua procede de un manantial bajo el Altar Mayor de la Iglesia y que la tradición apunta a que hay que beber de los tres chorros y pedir un deseo. Además, según el rito, después hay que lanzar una miga de pan y si esta flota, San Andrés concederá todo aquello que se le había pedido.

La carretera que cambió la ruta

Uno de los momentos que marcó un antes y un después en la peregrinación fue la construcción de la actual carretera hace cerca de 50 años porque cambió la ruta que habían seguido los peregrinos en los siglos anteriores, que discurría cerca de la costa desde Cedeira. Hoy llegar en coche es muy fácil, pero antes era misión imposible.

Un ejemplo de esta situación fue la visita que en 1966 realizó el entonces ministro de Información y Turismo de España, Manuel Fraga, que tuvo que recurrir a un todoterreno. «Un Land Rover haciendo equilibrios y piruetas por aquellos caminos logró poner en Teixido al ministro y a algunas autoridades que lo acompañaban», recoge el libro de Rafael Usero. El autor de este trabajo, en conversación con El Debate, relata que el número de peregrinos «se incrementó pese a que había previsiones de que iban a bajar» tras la apertura del acceso rodado.

El primer tramo de la carretera que hoy permite llegar a esta aldea entró en servicio en 1971 y, en vez de seguir el trazado de la costa de esta zona de Cedeira, buscó su trazado por la pendiente natural de la ladera. Posteriormente, se ejecutaron más tramos que dieron lugar a la ruta actual.

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