El hórreo más largo del mundo está en Galicia y no es el de Carnota

Los hórreos en Galicia son una parte esencial de su patrimonio cultural y etnográfico. Estas construcciones típicas, se utilizaban tradicionalmente para almacenar y conservar los recursos agrícolas, como los cereales, de ahí que proliferen en el paisaje gallego.

De hecho, solamente en el municipio de Carnota (La Coruña) hay inventariados 900 hórreos, y Combarro (Pontevedra) es un pueblo peculiar precisamente por la presencia de estas construcciones.

Con el tiempo, los hórreos gallegos han ido experimentado una evolución, que dio como resultado una amplia variedad de tipos y estilos, los cuales dependen de la ubicación y de las utilidades que se le daban.

De hecho, algunas de estas construcciones destacan por sus grandes dimensiones. Son hórreos gigantes que a menudo se vinculan a la influencia eclesiástica ya que en su mayoría forman parte de las propiedades de la iglesias.

El de Carnota y Lira son lo hórreos más emblemáticos del municipio y aunque el primero de ellos, se reivindica como el hórreo más grande del mundo, existe otro en Galicia que lo supera.

Este es el hórreo más largo del mundo

El hórreo más grande del mundo se encuentra en la parroquia que le da su nombre, en Araño, Rianxo, en la provincia de La Coruña.

Esta construcción, conocida como el hórreo de Araño, es el más largo del mundo, con una longitud de 37,05 metros. Además, tiene 2,40 metros de ancho (con aproximadamente 36,75 metros de cámara), casi 2,70 metros de altura, y una capacidad de 170 metros cúbicos, lo que lo convierte también en el hórreo con mayor capacidad de toda Galicia.

Este hórreo fue construido en el siglo XVII y está clasificado como Bien de Interés Cultural (BIC). Está ubicado en la huerta de la iglesia de Santa Baia de Araño, de hecho forma parte de este conjunto arquitectónico en el que, además, se incluye la casa rectoral.

A diferencia de otros hórreos destacados de Galicia, como los de Carnota o Lira, el hórreo de Araño presenta una peculiaridad significativa: no tiene pies.

En su lugar, se eleva sobre una base de piedra corrida que incluye un tornarratos de cantería, que es un elemento que impide el acceso de roedores y otros animales al granero.

Por su ingenioso diseño, ni la humedad ni los ratones podían estropear fácilmente el maíz o el trigo almacenados en este enorme granero.

Esta base tiene dos puertas y una escalera situada en la pared. Actualmente, el hórreo conserva una escalera de acceso, una cubierta de teja a dos aguas, así como aleros decorados con cruces flanqueadas por pequeños pináculos.

Su gran tamaño y la ausencia de pies le han dado la fama, pero lo que sorprende es que, por sus rendijas, pasa el aire desde hace más de 400 años.