El día que un petrolero puso en jaque a La Coruña y el viento evitó una tragedia: 32 años del 'Mar Egeo'
Un buque con una carga de 80.000 toneladas de crudo encalló junto a la Torre de Hércules el 3 de diciembre de 1992
El barco ardió durante casi 24 horas y una inmensa humareda cubrió el cielo de la ciudad
Si se habla de accidentes de petroleros en España, hay un nombre que saltará a la palestra, el Prestige, que provocó una marea negra que desembocó en una inédita contestación social en 2002. En La Coruña hay otro siniestro más impactante por el peligro que generó y que quedó grabado para siempre en la memoria de muchos de sus habitantes y que no es tan recordado fuera de Galicia: Mar Egeo (o en su denominación en inglés, Aegean Sea).
Este buque, que había partido de Sullom Voe (Reino Unido) con 80.000 toneladas de crudo para la refinería de Repsol, encalló en los acantilados al pie de la Torre de Hércules, el faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo, en la madrugada del 3 de diciembre de 1992. Lo hizo a escasos metros de la zona urbana y cuando realizaba las maniobras para enfilar el canal de navegación de entrada al puerto.
A las 4:30 horas de aquella noche comenzaron las dificultades que provocaron esta tragedia. Cuando el barco se aproximó a la costa para girar y poner rumbo hacia la ría de La Coruña, donde se ubican las instalaciones portuarias, las condiciones meteorológicas empeoraron súbitamente, produciéndose una fuerte tormenta que trajo consigo un chubasco que anuló la visibilidad por completo y rachas de viento de 49 kilómetros por hora.
El Mar Egeo se volvió ingobernable y las maquinas no fueron capaces de completar el cambio de rumbo debido al fuerte temporal. A las 4:50 horas ocurrió el peor escenario, cuando el navío choca contra las rocas del acantilado.
El diario de navegación del petrolero recogió estos momentos así:
- 4:40 h. Comienza el giro del buque para colocarlo en líneas con las luces de la enfilación al puerto. Máquina poco avante.
- 4:45 h. Debido al viento tormentoso el buque no gira. Máquina a todo avante en maniobra.
- 4:47 h. Continúa siendo imposible girar a babor. Timón a todo babor.
- 4:48 h. Timón a todo a babor pero el buque abate de costado.
- 4:50 h. Buque embarranca
El Mar Egeo quedó atrapado en las rocas, de donde no saldría. Los intentos por reflotarlo fracasaron uno tras otro y el remolcador Alonso de Chaves, todavía activo hoy en día, tampoco fue capaz de remolcarlo. Posteriormente, comenzó la evacuación de los 29 tripulantes que viajaban a bordo y al práctico, que subió a bordo tras el accidente.
A las 10:00 horas, la situación cambió por completo. En el barco se desató un voraz incendio tras una deflagración que empezó a generar una inmensa humareda negra que cubrió el cielo de la ciudad en pocos minutos.
La suerte acompañó a las personas que estaban a bordo del Mar Egeo cuando comenzó el fuego. En concreto, estaban aún en el barco el capitán, cuatro marineros, el práctico y dos rescatadores. Todos ellos se lanzaron al agua, llena de petróleo en llamas, y fueron rescatados. No hubo ningún muerto.
El humo y la suerte
Una vez ya nadie quedaba a bordo, la preocupación pasó a ser el humo y que pudiese desplazarse al centro de La Coruña, a escasa distancia del lugar y que presenta una elevada densidad de población.
De nuevo, el factor suerte entró en juego. El viento sopló del sur y alejó este humo tóxico de la urbe, poblada por cerca de 250.000 habitantes, lo que podría haber provocado una tragedia mayor. Por precaución, se evacuó el cercano barrio de Adormideras.
Las llamas estuvieron activas hasta el día siguiente a las 9:40 horas, casi 24 horas consecutivas. Los restos del petrolero se consumieron y empezaron a esparcirse por todo el entorno de la Torre de Hércules.
Esta situación dejó para la posteridad una frase que ha pervivido en el tiempo: «Tranquilos, coruñeses: el humo va para Ferrol». El imaginario popular se la atribuye al exalcalde socialista Francisco Vázquez, que gobernó la ciudad entre 1983 y 2006. El protagonista reconoció en 2022, en el libro Mar Egeo, el día que ardió el mar, que esa frase se la dijo al rey Juan Carlos por teléfono, aunque con matices. «Yo indiqué que el viento iba hacia Ferrol, y que no había peligro para La Coruña ni para Ferrol», aseguró.
Las consecuencias
De las casi 80.000 toneladas de petróleo del Mar Egeo, las autoridades consiguieron trasvasar unas 6.800, así como 2.100 de combustible de los tanques. Del resto del cargamento, buena parte se consumió durante el incendio y otra parte acabó en el mar. La marea negra llegó desde La Coruña a Cedeira, afectando a las rías intermedias.
En 1996, el Juzgado de los Penal número 2 de La Coruña emitió la sentencia sobre el siniestro. Fueron condenados el capitán y el práctico del puerto que estaba de guardia aquella noche por delitos de imprudencia temeraria. Este último por incumplir las normas vigentes, que impedían la entrada de un gran petrolero con mal tiempo en horas nocturas.