Este es el monasterio conocido como el 'Escorial gallego' que Alejandro Sanz eligió para grabar un videoclip
Gracias a su impresionante arquitectura y dimensiones es una de las joyas monumentales de Galicia
En varias ocasiones, Galicia ha servido como el escenario ideal para filmar videoclips musicales o películas, gracias a sus impresionantes paisajes, sus encantadores pueblos y ciudades, sus tesoros arquitectónicos y su rica historia grabada en sus piedras. Galicia, al igual que el monasterio de Osera, es una manifestación de arte en sí misma.
El escenario de un videoclip
A comienzos del año 2015, el reconocido artista Alejandro Sanz convirtió los increíbles parajes y estancias del Monasterio de Osera en un set de grabación para una de sus piezas musicales: 'Un zombie a la Intemperie'. Aunque el impacto mediático fue finalmente importante, los monjes supieron guardar el secreto a pesar del despliegue técnico que supuso la grabación.
Durante los 3 días que duró la misma la comunidad de monjes vivió con absoluta y resuelta discreción las jornadas de trabajo del equipo audiovisual. Por lo tanto la repercusión de esa jornada mediática para la comunidad fue escasa debido al rigor que practican sus habitantes.
Como puede entenderse perfectamente, el retiro espiritual y la consagración a la vida monástica son diametralmente opuestos a la puesta en escena de los grandes íconos de la cultura pop.
A Osera se viene y se va llorando
El Monasterio de Santa María la Real de Osera (Oseira, en gallego) es, junto al de Sobrado de los Monjes, el de mayor tamaño e importancia de Galicia. El Monasterio de Osera se ubica en el ayuntamiento de San Cristóbal de Cea, un pueblo de cuyos hornos sale uno de los mejores panes que tiene Galicia.
El monasterio de Osera, con casi mil años de historia, es una impresionante obra monumental y uno de los edificios más icónicos de Galicia. Considerado por algunos como un 'monstruo arquitectónico', cada rincón del monasterio encierra tendencias, historia y misticismo. Habitado y cuidado por los monjes cistercienses, el monasterio ofrece un ambiente de profunda espiritualidad. No es de extrañar que sea conocido como el ‘Escorial gallego’.
Es un monasterio trapense, es decir, perteneciente a la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia conocida como Orden de la Trapa. A lo largo de su historia tuvo una gran importancia económica y social en la comarca y en otras localidades más lejanas.
Su existencia data del año 1137, pero poco después se convirtió en monasterio dependiente de la Orden del Císter. A lo largo de los siglos vivieron en él monjes y miembros de la orden, hasta que en 1836 se abandonó a causa de la desamortización de Mendizábal.
Fue en el año 1929 cuando los monjes volvieron e iniciaron su reconstrucción. Unos trabajos de restauración que se prolongaron en diferentes fases a lo largo de más de cinco décadas hasta lograr la joya arquitectónica que es hoy en día.
Actualmente, el monasterio ofrece dos experiencias distintas: la posibilidad de explorar un conjunto artístico de gran magnitud, que fue objeto de un extenso proceso de restauración desde 1930 hasta los años noventa, un esfuerzo que fue reconocido con el premio Europa Nostra, entregado por la Reina Sofía en aquel entonces; o la oportunidad de sumergirse en la vida monástica junto a los monjes que lo habitan, participando en sus rituales de oración y retiro.
El turismo en Osera es selectivo y no está masificado. No forma parte de un destino mediático, pero quien lo visita reconoce la huella que le pervive: “A Osera se viene llorando, y de Osera se va uno llorando"; por lo lejos y lo difícil de llegar, y por el descubrimiento y la tristeza de la partida, respectivamente.