Allariz (Orense)

Estos son los cinco pueblos más bonitos de Orense, según 'National Geographic'

La prestigiosa publicación destaca que esta «bella» provincia gallega cautiva con su naturaleza, historia y arquitectura

La provincia de Orense es un mosaico de paisajes donde la naturaleza y la historia van de la mano. Marcada por ríos como el Sil y el Miño, sus terrenos han sido esculpidos por siglos de actividad geológica, creando un entorno montañoso con impresionantes cañones y frondosos bosques que dan refugio a un rico patrimonio cultural.

Conocida por su tradición termal, sus vinos heroicos y su gastronomía, Orense también alberga pueblos en los que parece que tel tiempo se ha detenido, con un encanto que remonta a épocas pasadas.

«El tiempo se detiene para revelar la esencia auténtica de esta bella provincia gallega que cautiva con su naturaleza, historia y arquitectura»; reza el artículo.

National Geographic distingue cinco pueblos orensanos como los más bonitos de la provincia ya que por medio de ellos se descubre la Galicia más auténtica.

Naturaleza, historia y arquitectura

Son muchos los atractivo de El Carballiño, a orillas del río Arenteiro, es un pueblo que, aunque no es muy grande, su estructura urbana tiene «hechuras capitalinas», y es que no le falta de nada.

Este pueblo ofrece un balneario de estilo vintage que recuerda a la época dorada del termalismo en Galicia, un hermoso parque municipal con un diseño que evoca a los jardines franceses y una ribera fluvial ideal para pasear. El emblema de El Carballiño es la iglesia de la Vera Cruz,

«Un templo monumental, fastuoso, con una torre que se eleva más de 50 metros y con una apariencia medieval con la que burla el hecho de haber sido construido hace unas décadas», destaca la prestigios publicación. Obra del arquitecto Antonio Palacios quien logró crear un templo que combina la estética medieval y la esencia sacra gallega.

Ribadavia es otra joya histórica de Orense, conocida por su rica herencia cultural y su pasado como sede del gobierno de Galicia. «Aquí se asentaron los celtas y los romanos no solo por lo bello del lugar, sino por las riquezas minerales de las aguas y montañas que lo rodean», destaca National Geographic.

El casco histórico de Ribadavia conserva la esencia de esa época, con «soportales gallegos que refugian de la lluvia y el sol a todo aquel que se quiera perder», creando un ambiente único para pasear.

La judería es especialmente famosa, testimonio de una comunidad judía que jugó un papel importante en el desarrollo de la región. Además, la fortaleza y las iglesias románicas hacen de Ribadavia un destino ideal para los amantes de la historia.

Celanova es un pueblo dominado por la silueta de su majestuoso monasterio de San Salvador al que la publicación hace referencia como: «uno de los complejos religiosos más completos de nuestra geografía, con elementos románicos, góticos, renacentistas y barrocos», y pasear por sus pasillos es un viaje a través de la evolución del arte sacro.

Sin embargo, el encanto de Celanova no termina en su monasterio. La plaza mayor, animada y acogedora, el mercado de abastos con productos locales y la cercana villa de Villanueva de los Infantes ofrecen al visitante una experiencia completa y auténtica, ideal para disfrutar del ambiente gallego más tradicional.

CelanovaTurismo de Galicia

Como no podía ser de otra manera, Allariz tenía que estar en esta selección al ser uno de los pueblos más conocidos y reconocidos de la provincia que encandila y enamora a todos aquellos que lo descubren.

De hecho, los visitantes son recibidos por «las riberas del río Arnoya que dan la bienvenida a los viajeros con sus espacios verdes y sus puentes de piedra en lo que es una alegre entrada a esta localidad termal», recoge la publicación.

La entrada a la localidad está rodeada por espacios verdes y puentes de piedra que parecen sacados de una postal. Y cuando uno empieza a callejear por su casco histórico «aparecen las joyas de piedra que se suceden sin descanso y que crean un conjunto medieval arquetípico de Galicia y muy envidiable», afirma la revista.

Y es que Allariz ha sabido conservar este carácter medieval y caminar por su casco antiguo es como recorrer un museo al aire libre. Los monumentos más destacados incluyen la Iglesia de Santiago y los restos de su antigua muralla. La judería, con su historia y encanto, añade un toque especial al conjunto, son testimonio de un pasado que sigue vivo en cada rincón del pueblo, haciendo de Allariz un lugar ineludible para los amantes de la arquitectura y la historia.

Por último, Castro Caldelas, un pueblo que encarna la esencia del paisaje rural gallego. Coronado por un castillo perfectamente conservado, es el destino perfecto para quienes desean disfrutar de vistas espectaculares y sumergirse en la Galicia profunda. «Este pueblo puede presumir de tenerlo todo para enamorar a los más urbanitas».

Sus calles empedradas, casas señoriales y una atmósfera que transporta a otra época. El castillo, que se erige como un guardián del lugar, ofrece panorámicas inigualables del río Sil y sus cañones. El entorno natural, «donde el río Eno y sobre todo, el Sil esculpen a sus anchas un territorio salvaje», finaliza la publicación.

Estos cinco pueblos representan lo mejor de Orense, una provincia que invita a ser explorada con calma. La combinación de paisajes naturales, monumentos históricos y una rica tradición cultural hacen de esta región gallega un destino