Un monasterio único en Orense: tallado en roca en el año 573 por siete hombres

Ubicado en el municipio de Esgos (Orense), en pleno corazón de la Ribeira Sacra, el Monasterio de San Pedro de Rocas es uno de los principales ejemplos de la arquitectura monástica en Galicia.

Excavado en la roca y rodeado por un paisaje de gran belleza natural, junto a los cañones del río Sil, convierte al monasterio en un lugar de gran interés tanto histórico como turístico.

Este enclave, no solo es el monasterio más antiguo de Galicia, sino también una joya arquitectónica: su origen se remonta al año 573, cuando un grupo de siete hombres eligió este lugar para establecerse y vivir en completa comunión con la naturaleza, tallando sus refugios directamente en la roca.

Su arquitectura lo hace excepcional

Lo que convierte a San Pedro de Rocas en un monumento excepcional es su arquitectura. Su iglesia está construida directamente en la piedra y conserva tres naves.

Un óculo en el techo permite que la luz ilumine el espacio de forma natural, mientras que una sencilla pilastra de piedra sirve como altar.

El suelo del templo también cuenta su propia historia. Sepulcros antropomorfos tallados en la roca natural reflejan el uso del lugar como espacio funerario desde sus orígenes. Su campanario, erigido en el siglo XV sobre una roca de 20 metros, añade un toque imponente que destaca entre el paisaje.

Uno de los elementos más sorprendente es el fresco que se puede observar en la capilla que aunque deteriorado, representa un mapa y diferentes figuras lo que demuestra la relevancia de este monasterio en su época.

Pero también hay sitio en este monasterio para las creencias y la espiritualidad. Y es que próximo a este se encuentra la Fuente de San Benito, que durante siglos se veneraba por pensar que su agua tenía propiedades curativas. De hecho, la tradición asegura que sumergir las manos en ella, mientras se reza, sana ciertas dolencias.

Siglos de olvido y rescatado por un abad

Durante siglos, el monasterio permaneció casi olvidado, hasta que en el siglo IX, un noble llamado Gemodus lo redescubrió. Según la leyenda, lo halló mientras cazaba en el monte Barbeirón.

Encantado con la espiritualidad del lugar, decidió restaurarlo y crear una comunidad religiosa, siendo él mismo nombrado abad. Aunque la historia de Gemodus se entremezcla con la leyenda, documentos históricos del siglo X confirman su existencia y la importancia de su labor.

A lo largo de los siglos, el monasterio pasó por períodos de esplendor y abandono, sobreviviendo incluso a incendios que marcaron su historia. Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1923, hoy alberga un centro de interpretación en el que los visitantes descubren su fascinante historia.

San Pedro de Rocas no solo es un importante vestigio histórico del cristianismo en Galicia, sino también un punto de interés turístico que atrae a visitantes por su singularidad. Su emplazamiento en la roca, unido a su rica historia, sigue siendo un referente cultural y un lugar clave para conocer el patrimonio religioso y arquitectónico de la región.