Un congreso para coordinar los retos de las Ciudades Patrimonio Mundial
Los integrantes de la OCPM se comprometen a cumplir el contenido de la Declaración de Córdoba
Muchos de quienes anoche viesen sobrevolar los drones, dibujando monumentos, sobre Miraflores desconocerían que ése era el acto de clausura del XVII Congreso de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM) que desde el martes se ha celebrado en Córdoba. Ha sido el espectáculo de moda para la ciudad que en estos días se ha puesto de moda en esta organización que agrupa los cascos históricos que cuentan con la exclusiva distinción de la Unesco.
Una mayoría de los alcaldes, cargos públicos y técnicos llegados de 65 ciudades repartidas por el globo terráqueo tendrían una imagen standard, incluso tópica de Córdoba. Ahora, tras el congreso, ya saben que Córdoba es mucho más. El mejor ejemplo es el de Bruno Marchand, alcalde de Quebec y presidente de la OCPM, a quien se le ha iluminado la mirada cada vez que ha hablado de Córdoba en estos días y reiteraba sus «gracias, gracias, gracias».
Comenzar un congreso con la 'Novena Sinfonía' de Beethoven en la Mezquita Catedral a cargo de la Orquesta de Córdoba, dos coros y solistas, no es algo que esté al alcance de cualquiera. Tampoco lo es haber disfrutado de cuatro días en los que ha estado nublado y ha hecho sol, para conocer la ciudad con distintas luces. Y, por último, disfrutar de la gastronomía local en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos, Círculo de la Amistad, Bodegas Campos o en Torre de la Barca es algo que no tiene precio.
Lo mismo que Marchand daba las gracias por todo también ha repetido que no han venido a Córdoba a hacer turismo. Han tenido momentos para sus escapadas, porque en el Palacio de Congresos está todo a mano. Han conocido Medina Azahara, cómo no, un espectáculo de danza y han recorrido la Judería con detalle.
La Declaración de Córdoba
Pero también han trabajado en el plenario y en las distintas comisiones que se han celebrado estos días. El objetivo era rematar y aprobar las líneas aprobadas en el congreso de Quebec hace dos años y convertir todo en la Declaración de Córdoba, que será la guía a cumplir por las ciudades asociadas en los próximos años.
En concreto, los congresistas han trabajado en cuatro ejes estratégicos: recalificar el hábitat, refrescar la ciudad, transformar la movilidad y regenerar el entorno urbano. El resultado de este trabajo es esa declaración con la que, según Marchand, «marca el camino para trabajar de forma conjunta, porque aunque a veces seamos muy diferentes, hay urgencias acuciantes en las ciudades con culturas muy distintas».
Los congresistas no sólo se marchan hoy de Córdoba con muy buen sabor de boca, sino que también han querido que esté representada en el selecto grupo del consejo de administración. Había ocho plazas vacantes y 11 ciudades candidatas a estar representadas, lo que hacía pensar que Córdoba no lo tenía especialmente difícil. Pero nadie esperaba que la candidatura local recibiese 53 votos, un número bastante alto que refleja la imagen positiva que tienen de la ciudad los miembros de la OCPM.
El presidente de esta organización ha destacado la importancia de que España esté representada por Córdoba en este órgano decisorio y que sea bajo el mandato como alcalde de José María Bellido, lo que, en su opinión, «habla claramente sobre su liderazgo, su capacidad sólida de trabajar desde el Ayuntamiento para hacer las cosas mejor, de forma valiente, y también para su ciudadanía».