Los líos del santoral laico

La implantación del calendario laico ha sumido a la sociedad en una confusión de mil pares de narices. Como hay barra libre, en cada jornada se celebran mil cosas. Todo lo que usted se pueda imaginar, y mucho más, cuenta con su día internacional, que son los que fija la ONU. De ahí para abajo se multiplican los días mundiales, nacionales, regionales, comarcales y locales. El santoral de toda la vida, se quiera o no, está mucho más organizado.

Por si no se ha parado a conocer esta verdadera jungla de celebraciones, le recomiendo la página www.diainternacionalde.com donde perfectamente ordenados encontrará lo que se conmemora en cada jornada. Mañana, Por ejemplo, es el Ciber Monday y nadie tiene narices de competir con esta gran orgía del consumo tecnológico. En cambio, el martes -no se ría, por favor- es el Día Mundial del Oso Hormiguero. No está nada mal como noticia para cerrar un telediario o como actividad para los alumnos de segundo de ESO. Pero es que también es el Día Mundial de la Conservación del Jaguar. Si celebras uno estás marginando al otro, cuando a los animales hay que respetarlos más que a los niños y si festejas los dos significa que hay algo que no funciona muy bien en ti.

Pero es que este martes es también el Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino, el Día Internacional de las Defensoras de los Derechos Humanos (¿y los defensores?) y el Día de Concienciación sobre el Síndrome de Menkes, algo que sí merece realmente la atención de todos, que aún no tiene cura y que queda eclipsado injustamente por el oso hormiguero y el jaguar.

Sí estas son las celebraciones del martes, las del miércoles no se queda atrás, ni mucho menos. Por ejemplo es el Día del Influencer, que será de lo que hable todo el mundo y veremos desfilar a muchos cuyo mérito es, precisamente, carecer de él. También es el Día Internacional de la Seguridad Informática y el Día de Conmemoración de Todas las Víctimas de la Guerra Química (aquí la ONU se luce al incluir el «todas», lo que trasluce que en otras desgracias no se conmemora a todas las víctimas). Por último, el 30 de noviembre es el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que no pasará de una piececita en los digitales, un faldón en los periódicos de papel y no más de 40 segundos en emisoras de radio y televisiones, desgraciadamente.

Otros, que son más vivos que un setter, hacen uso de los lobbies de presión y se salen del corsé de restringir la celebración a un sólo día. Casi nadie se da cuenta de que poco a poco se abren hueco en el calendario y al poco tiempo celebran una semana entera y cuando ésta se estabiliza pasan al mes, marginando el resto de días que sí merecen ser recordados por la sociedad. Hay infinidad de enfermedades raras y dolencias que no existen si no se conocen. Son causas justas que deben llegar a la sociedad para exigir de las distintas administraciones una mayor atención y un compromiso firme, porque en este terreno las siglas políticas tienen obligatoriamente que quedar al margen. Y no hay que perder el tiempo en pegos.