Sanchismo versus senequismo
Afirmaba Séneca que «algunas veces incluso vivir es un acto de coraje». Con estas palabras el pensador nacido en la Corduba romana venía a decir que afrontar el devenir diario requiere de valor para enfrentarnos a las diversas dificultades y vicisitudes que continuamente nos cercan.
Valor y coraje como el que vienen demostrando millones de españoles saliendo pacíficamente a la calle para expresar su más rotundo no a unos pactos ignominiosos que hacen saltar por los aires el legado de la transición, la igualdad entre españoles y la separación de poderes que dan sentido y contenido a nuestro Estado de Derecho.
Si el autor de la frase viviese hoy, no lo veo enrocado en el pensamiento estoico para asumir por inercia los desvaríos de un PSOE que, más que cambiar de opinión, ha cambiado de posición arrodillándose ante los independentistas a cambio de unos votos cargados de arsénico. Percibo al pensador ganándose la ira de ´Petrus Imperator´ al igual que se ganó la de Calígula, Claudio y Nerón. Quien propugna ideales de rectitud y justicia no permanecería impasible ante unos acuerdos que fulminan la igualdad sin más ética que el pragmatismo del autócrata que privilegia egos y sin más moral que la de conseguir aquí y ahora el poder a cualquier precio. «Líbrese la virtud de la desgracia de ver alguna vez a la razón recurrir a los vicios» (De la ira. Séneca)
Así, los pactos viciosos que Sánchez ha firmado con sus particulares jinetes del apocalipsis dejan aparcada la razón para dirigirse directos a reventar la yugular de una democracia que a pesar del mucho esfuerzo y más sacrificio arrojado en sus cimientos se tambalea ante una gran parte de la población que se pregunta atónita: ¿Y no se puede hacer nada?
Mientras tanto, ministros y cargos del partido socialista nos hacen sentir una sonrojante y visceral vergüenza, excepto honrosas excepciones, en el intento torticero de explicar lo inexplicable y lo que tan solo hace unos meses era totalmente inconstitucional, como aún sigue siéndolo en el subconsciente traidor del todopoderoso ministro Bolaños.
Especialmente llamativos me han parecido los aplausos de los diputados andaluces en la sesión de investidura apoyando una amnistía con alforjas cargadas de euros para los independentistas a costa de inyectarle miseria al resto de España.
Así, al socialismo de nómina andaluz, manchego, extremeño, etc. parece ser que le importa un bledo la bomba de relojería adquirida al independentismo justificando un relato enfermizo y demagógico. Se puede decir que la solidez del asiento en el que depositan las posaderas sus señorías es directamente proporcional al grado de sumisión ante las hipotecas política y económica exigidas por los independentistas, las cuales nos abocan a presagiar un futuro complicado para esta España maltratada en la que su tejido productivo corre serio peligro, porque, como también sentenciaría Séneca en estos aciagos momentos, «no hay viento favorable para el que no sabe dónde va».
Condonación de deuda, órdago impositivo, orgía de gasto público o ruptura de la solidaridad interautonómica, entre otras cuestiones, auguran dificultades económicas y un probable incremento de la fuga de empresas en España, tal y como el prusés provocó en Cataluña. Y es que según palabras de Laura Borrás, presidenta de Junts, «El conflicto ha dejado de ser entre catalanes. Ahora el conflicto es entre españoles».
Séneca, como tutor y consejero de Nerón, protagonizó un periodo destacable en el devenir del imperio romano. Al final, la locura de Nerón le abocó al suicidio y ya sabemos lo que ocurrió en Roma. ´Petrus´ Sánchez, por su parte, está protagonizando uno de los periodos más oscuros de nuestra democracia y esperemos que esta vieja Hispania sobreviva a tanta infamia. Bildu ya ha comenzado a reivindicar la autodeterminación, porque como dijo la jinete abertzale en la sesión de investidura «solucionar el problema territorial solo es cuestión de tiempo». Cosas del sanchismo.
Esperemos que antes de que ese tiempo expire las urnas y una mayoría suficiente de españoles nos devuelvan a la senda de la razón y a una normalidad democrática que también va a requerir de tiempo y de mucha prudencia, porque como también dejó impreso el escritor cordobés «luego para corregir el error y el crimen no se necesita juez irritado, porque siendo la ira delito del alma, no conviene que el delincuente castigue al delincuente». Cosas del senequismo.
Bartolomé Madrid es diputado nacional del PP y alcalde de Añora (Córdoba)