«Si no hay sacerdotes, no hay Iglesia»

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha publicado su carta pastoral con motivo del Día del Seminario, que este año se celebra el domingo 16 de marzo, coincidiendo con el lema «Sembradores de esperanza» y en el marco del Año Jubilar. En ella, el prelado subraya la importancia del sacerdocio ministerial en la Iglesia y la necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.

«Si no hay sacerdotes, no hay Iglesia», destaca el obispo, recordando que el Concilio Vaticano II establece una distinción entre las Iglesias que cuentan con sucesión apostólica y Eucaristía válida, y las Comunidades hermanas que carecen de sacerdocio ministerial. Así, sostiene que el sacerdocio es un «elemento esencial» de la Iglesia instituida por Cristo y que garantiza la celebración válida de la Eucaristía, permitiendo la presencia de Jesucristo en el altar.

En su misiva, el obispo alerta sobre la escasez de sacerdotes en la actualidad, una situación que se percibe tanto en la diócesis de Córdoba como en los territorios de misión. «Hay una petición que se repite continuamente: mándenos más sacerdotes», señala, indicando que algunos sacerdotes deben atender varias parroquias, celebrando misas en distintos puntos y desplazándose de un lugar a otro en coche. Destaca, además, la llegada de sacerdotes de América y África para completar sus estudios y prestar apoyo en la diócesis.

Demetrio Fernández afirma que «el sacerdote celebra la Eucaristía y los demás sacramentos, visita a los enfermos, cuida de la catequesis y acompaña a la comunidad parroquial». En este sentido, sostiene que «donde hay un sacerdote, hay vida cristiana», y resalta el papel fundamental de los sacerdotes santos en la formación espiritual de la comunidad.

El obispo también menciona la audiencia privada que los seminaristas mayores y los sacerdotes formadores del Seminario «San Pelagio» y del Seminario Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal tuvieron con el Papa Francisco el pasado 17 de enero. «Fue un momento de intensa gracia, que nos ayuda a renovar nuestra comunión afectiva y efectiva con el Sucesor de Pedro», expresa en su carta.

En cuanto a la promoción de vocaciones, el obispo destaca la importancia del papel de las familias, los párrocos y la comunidad diocesana en el apoyo a quienes sienten la llamada del sacerdocio. «La familia es el primer seminario», afirma, animando a los fieles a respaldar a los jóvenes que desean seguir este camino. Asimismo, recalca que una de las principales tareas del sacerdote es «suscitar vocaciones sacerdotales, tan imprescindibles en su Iglesia».

En el marco del Año Jubilar, Fernández afirma que «los sacerdotes son sembradores de esperanza y son más necesarios que nunca», animando a toda la comunidad a involucrarse en la formación y el acompañamiento de nuevos pastores. Finalmente, concluye su carta enviando su bendición a todos los fieles.

Pueden leer íntegramente la carta pastoral en este enlace.