Madrid  La Puerta del Sol cambia de piel: desaparece la ballena y deja paso a una estación transparente

La Puerta del Sol, el corazón de Madrid, el kilómetro cero de España, experimentará una transformación urbana en 2022 que estará lista en 2023. Los coches tienen los días contados. La peatonalización de la zona ha ido ampliándose en los últimos años, hasta el punto de que apenas quedan reductos para los automóviles. La peculiar ballena que da acceso a la estación de metro y cercanías también desaparecerá. El nuevo proyecto pone al peatón en el centro y se eliminarán los principales obstáculos de las calles cercanas a Sol para hacerla más accesible y amplia.

Las obras han comenzado y Sol ya muda su piel. Este momento llega después de una compleja redacción del proyecto, que ha tenido que contar con el consenso de los distintos actores implicados, como las áreas de Obras y Equipamientos, Medio Ambiente y Movilidad y Seguridad y Emergencias, el distrito de Centro, Adif, Metro de Madrid y especialmente la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, por ser la Puerta del Sol Bien de Interés Cultural, la máxima protección prevista en la Ley de Patrimonio autonómica.

La remodelación que se pondrá en marcha está basada en la propuesta ganadora del concurso Piensa Sol, que el Ayuntamiento y el COAM convocaron en 2014 con el objetivo de avanzar en el diagnóstico de los problemas de este espacio y reflexionar sobre las posibles soluciones. Dicha propuesta, presentada por los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez, quedó en el aire entonces por el cambio de Gobierno municipal y ha servido ahora como base para el proyecto definitivo que han redactado los ganadores del concurso de la mano de los servicios técnicos del Área de Obras y Equipamientos.

Evitar las aglomeraciones en Sol

La Puerta del Sol es probablemente el espacio más significativo de la ciudad y un referente no solo para los madrileños, sino para toda España. Es el espacio además que canaliza la necesidad que tiene toda ciudad de contar con un amplio foro urbano en el que se desarrollen múltiples actividades de todo tipo, que deben hacerse compatibles con una función diaria de tipo comercial y estancial dentro del carácter representativo del lugar. Por su estado actual, con muchos obstáculos que impiden un buen tráfico de peatones, sobre todo en los fines de semana, la Puerta del Sol tiene la necesidad de someterse a una modificación.

Para resolver todos estos aspectos y dotar definitivamente a la Puerta del Sol de las condiciones espaciales que permitan desarrollar plenamente su valor representado, monumental y funcional, es necesario acometer una última actuación que permita, con una intervención discreta pero sutil, introducir ese criterio de orden que recupere la estabilidad formal que la plaza tuvo en su origen.

La intervención resolverá muchas de las cuestiones que plantea un enclave tan complejo como el de la Puerta del Sol sin renunciar a ninguna de las conquistas que este lugar ha adquirido a lo largo de la historia en cuanto a su significación colectiva, histórica y urbana. Con unos pocos gestos bien medidos y de muy delicada factura, se rediseñan y reordenan todas las piezas hoy existentes resolviendo su actual presencia dislocada y desordenada en cuanto a representatividad, escala y contenido.

Adiós a la ballena del Metro y Cercanías

La remodelación de la Puerta del Sol, que supondrá su peatonalización definitiva, incluirá la sustitución de la actual entrada a Cercanías por un pabellón mucho más transparente para que contribuya a liberar en lo posible a la plaza de uno obstáculos que impedían una visión total del espacio.

El nuevo volumen cumple las siguientes condiciones:

• Forma sin esquinas: el pabellón tendrá forma oval, de manera que no se formarán ángulos que impidan la vista, integrándose también con las formas curvas de las fachadas de la plaza.

• Transparencia: se ha previsto un pabellón construido íntegramente en vidrio estructural, soportes, cerramiento y cubierta, salvo por una viga central de acero apoyada en tres soportes del mismo material.

En resumen, se trata de un pabellón de vidrio, de forma oval, con dos puertas dobles de entrada al sureste, y otras dos dobles de salida al nordeste.

La estructura vertical es de costillas de vidrio estructural, mientras que la estructura horizontal consta de una viga central aligerada de acero apoyada en tres soportes de acero, y vigas secundarias en forma de costillas, de vidrio estructural.

La cubierta es de vidrio a dos aguas ligeramente inclinadas hacia el norte y el sur. El cerramiento vertical y las puertas también son de vidrio.

Se plantea la iluminación general del pabellón con una gran lámpara suspendida de forma anular o de sol.

Los coches copaban la Puerta del Sol

La Puerta del Sol, tal y como la conocemos, dista mucho de como era su aspecto hace sesenta años. La plaza, que próximamente será de uso exclusivo para peatones, era una rotonda. Los aledaños de la Puerta del Sol también estaban destinados a los coches, y se formaban atascos como hoy en día.

En los años 80 ya se comenzó a estudiar las peatonalización de la plaza. En primer lugar, se peatonalizó la mitad norte de la Puerta del Sol y sus calles aledañas. Sin embargo, no fue hasta 2009 cuando el gobierno municipal de Alberto Ruiz Gallardón hizo de uso exclusivo para peatones las calles Arenal y Montera e instaló la famosa ballena que daba acceso a la estación subterránea. José Luis Martínez-Almeida pasará a la historia como el alcalde que peatonalizó por completo la Puerta del Sol.