Quevedo y Góngora

Quevedo y GóngoraEl Debate

Madrid  El día que la enemistad entre Quevedo y Góngora sobrepasó los límites literarios

Aunque parezca descabellado, el escritor madrileño compró la casa donde vivía alquilado el artista cordobés para poder desahuciarle; de esta manera no tenía donde alojarse y descansar cómodamente

Tal día como hoy, el 14 de septiembre de 1580, nació Francisco Gómez de Quevedo, un literato de los pies a la cabeza que cautivó a los lectores de aquella época. Lo que nunca llegó a imaginar este intelectual es que tendría un duelo, casi a garrotazos, con otro homólogo de profesión, Luis de Góngora y Argote.

Cientos de versos se dedicaron para poner en evidencia al contrario y los títulos de sus obras se dirigían al susodicho sin tapujos. Contra Don Luis de Góngora, Soneto a Luis de Góngora, Otro contra el dicho o Al mesmo D. Luis son algunos poemas donde Quevedo se encizañaba con Góngora.

Cuando uno escribía atacando al otro, el afectado le devolvía el guante con la misma elegancia, saña y picaresca. La enemistad era tal que un día el escritor madrileño decidió atacar a Góngora donde más le podía doler, su hogar.

Aunque parezca descabellado, Francisco Gómez de Quevedo compró la casa donde vivía alquilado Luis de Góngora para poder desahuciarle; de esta manera el cordobés no tenía donde alojarse y poder descansar cómodamente.

La casa se ubica en la esquina entre la calle Lope de Vega y Quevedo, y el portal da a la primera calle mencionada. Esta zona se conoce como el barrio de las Letras, que antaño fue el barrio bohemio de la capital, donde artistas de toda índole vivían.

Quién le iba a decir a Góngora que el hogar en el que vivía iba a ser propiedad de su íntimo enemigo. El cordobés definía la vivienda como «una casa del tamaño de un dedal y, en el precio, de plata». Se dice que Quevedo nunca vivió allí y solo la adquirió para echarle a la calle.

Sello de Quevedo y Góngora

Sello de Quevedo y GóngoraCorreos

Historia y registros

La casa fue propiedad de Francisco de Quevedo gracias al Registro Primitivo de Aposento de 1651, donde se puede leer el siguiente escrito:

Registro de Aposento (castellano antiguo)

«Aunque sin designarla fijamente por no estar efectuada todavía la numeración: «Traviesa de la calle del Niño a la de las Huertas; una casa de don Francisco de Quevedo, que fue de María de la Paz y fue compuesta y tasada en 30 ducados.» Y en la Visita general practicada a mediados del siglo pasado dice: «Manzana 229, número 4, pertenece a don Francisco Moradillo; se compone de tres sitios; el primero fue de don Francisco de Quevedo y doña María de la Paz en 3,750 mrs. y los réditos de 130 ducados, con los que la privilegió don Francisco de Quevedo, y de los herederos de Juan Pérez, que los compuso el licenciado don Juan Pérez de Espinosa, con 18 ducados en 30 de agosto de 1752». Tiene su fachada a la calle del Niño 49 pies y su todo 7,917, renta 1,900 rs., carga 11,952 maravedises».

También se sabe por la Edición del manuscrito 5.918 de la Biblioteca Nacional, que Quevedo tenía otra vivienda en propiedad en la calle del Olivo y que compró la vivienda a María de la Paz, arrendataria de Luis de Góngora.

Además, el mapa elaborado por Pedro Teixeira muestra que la casa y las calles contiguas no han cambiado en los últimos cuatro siglos y se puede apreciar gracias al detalle de la zona. Por aquel entonces, la calle Lope de Vega recibía el nombre de Cantarranas.

Mapa de Pedro Teixeira

Mapa de Pedro TeixeiraBiblioteca Nacional

Otras dos pruebas contundentes son la carta que Góngora escribió a su administrador de cuentas, Cristóbal de Heredia, donde el escritor le contaba su precaria situación económica. Y la otra muestra es el soneto atribuido a Quevedo.

Góngora a Heredia (castellano antiguo)

«El 18 de este temo me echara en la calle de esta pobre vivienda mia el dueño de la casa y que me hallo a los humbrales del invierno sin hilo de ropa, antisipados mis....... tos mes y medio para poder comer, reparar mi coche y curar a María Rodriguez que a padecido cuarenta dias de enfermedad y no lo abia de inuiar al hospital como hice a Antonia. Todo esto señor pongo á V. md. delante».

Aunque en el escrito no se cite la dirección de la casa, el poeta Antonio Carreira lo cita en su obra Luis de Góngora: Epistolario completo. El dato finalmente se demuestra en el soneto de Quevedo, Alguacil del Parnaso, Gongorilla.

Alguacil del Parnaso, Gongorilla

Y págalo Quevedo
porque compró la casa en que vivías,
molde de hacer arpias,
y me ha certificado el pobre cojo
que de tu habitación quedó de modo
la casa y barrio todo,
hediendo a Polifemos estantíos,
coturnos tenebrosos y sombríos,
y con tufo tan vil de Soledades,
que para perfumarla
y desengongorarla
de vapores tan crasos,
quemó como pastillas Garcilasos:
pues era con tu vaho el aposento
sombra del sol y tósigo del viento.

Placa conmemorativa

En la actualidad, si pasamos por esta emblemática ubicación se puede leer la siguiente inscripción: «Aquí estuvo la casa propia del poeta eminentísimo claro ingenio don Francisco de Quevedo Villegas. XIII agosto MDCXX - XXI agosto MDCXXXIV. El ayuntamiento de Madrid lo recuerda en el II centenario de su muerte VIII septiembre MCMXLV».

Placa conmemorativa de Quevedo

Placa conmemorativa de Quevedo

No hay ningún recuerdo sobre Góngora, lo único que se sabe es que tuvo que hacer el hatillo y partir en busca de un nuevo hogar. Ahora los artistas que tienen cierta enemistad se mandan mensajes con indirectas y se dedican canciones, la España del s. XVI como se puede ver, era algo más ruda y cruel.

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