Vox, el último rival al que Ayuso ha desdibujado en la Asamblea

«A partir de hoy es bueno que cada uno siga su camino». Isabel Díaz Ayuso verbalizó el 23 de marzo en la Asamblea de Madrid la ruptura definitiva entre PP y Vox tras una legislatura muy tensa donde ambos partidos protagonizaron tensos desencuentros. El 'No' de la formación de Rocío Monasterio a los Presupuestos dinamitó los puentes entre ambos partidos. Una situación que se agravó con la exigencia de Vox de la derogación total de la ley trans o que la ley de inversiones extranjeras –una de las leyes estrella del Gobierno de Díaz Ayuso– decayera por la negativa de apoyo de la formación que lidera Rocío Monasterio en Madrid.

Con unas elecciones en el horizonte, la opción de limar asperezas quedó descartada completamente. Mientras que Ayuso reconocía su necesidad de gobernar «sin zancadillas» en clara alusión a la formación de Abascal, Vox se autoerigía como el partido decisivo para la conformación de un nuevo gobierno en la región. Un gobierno donde no le iban a poner alfombra roja a Díaz Ayuso y donde la entrada en el Consejo de Gobierno sería condición indispensable para lograr su apoyo. En el debate de Telemadrid, Roció Monasterio no dio opciones a la candidata a la reelección de reconciliación y atacó la gestión de la lideresa madrileña poniendo el foco en la inseguridad ciudadana y la cuestión migratoria.

El 28 de mayo Madrid habló y las urnas encumbraron a Díaz Ayuso , que volvió a hacer historia en unas elecciones al conseguir su primera mayoría absoluta. Unos comicios donde Vox consiguió un espectacular crecimiento a nivel autonómico mejorando sus resultados de 2019, donde ha conseguido triplicar el número de concejales y ser la llave en varios gobiernos autonómicos donde el PP tiene la opción de desalojar al PSOE. Sin embargo, el único territorio donde no solo no creció sino que perdió votos e influencia fue en la Comunidad de Madrid.

Pérdida de votos y escaños en Madrid

Madrid es probablemente la joya de la corona de las autonomías. Vox, tras casi una legislatura como socio prioritario del PP y otra con acuerdos puntuales, aspiraba a ser decisivo en la configuración del próximo gobierno e incluso no descartaba poder entrar en él. Sin embargo, las urnas le han cortado el paso. La formación de Santiago Abascal, liderada en la región por Roció Monasterio, ha experimentado su primer tropiezo electoral en Madrid. Mientras que, como comentábamos antes, ha experimentado un gran avance territorial, en la región ha sufrido una caída de dos puntos con respecto a 2021 y una pérdida de dos escaños, tras el recuento del voto CERA.

Un castigo electoral que fuentes del PP de Madrid consultadas por El Debate explican en varias causas: la primera reside en que los populares «ocupan un espacio que trata de ocupar Vox a nivel autonómico con el liderazgo de Isabel Díaz Ayuso y hace que, evidentemente baje». Además, ponen en el foco en el 'No' de Vox a los presupuestos: «Que no votasen los Presupuestos uniéndose a la izquierda y criticasen a Ayuso tanto o igual que pudiera hacer Más Madrid, hay gente que no lo ha entendido, unido a que muchos candidatos suyos hayan estado criticando al PP ha dificultado que se pueda sumar en más territorios». Incluso, en Génova 13 hablan de «cierto estancamiento» de Vox en la región.

Sin embargo, esta pérdida de foco en la Asamblea de Madrid ha sido compensada por un puñado de municipios donde podría ser llave de gobierno y la consecución de la Alcaldía de Rascafría, la primera para el partido de Abascal en la región.

Ayuso podrá gobernar «sin zancadillas», como pedía, y suma a Vox en su lista de victimas políticas.