Imagen de archivo de Metro de Madrid

Imagen de archivo de Metro de MadridMetro de Madrid

¿Cuánto cobra un maquinista del Metro de Madrid?

Se trata de un trabajo clave dentro de una ciudad como Madrid. Su responsabilidad es elevada, por eso merece la pena conocer el sueldo

Madrid tiene uno de los mejores servicios de transporte, el Metro. Con un reconocimiento a nivel mundial, al año se registra una media de 700-800 millones de viajeros que disfrutan de este servicio público. Cada mañana los madrileños se suben al suburbano para desplazarse a lo largo de la capital. Un detalle que pasa desapercibido y es clave en el día a día son sus maquinistas.

Ellos son los encargados de la seguridad de los pasajeros y sus funciones vas desde iniciar la marcha o detenerla, operar las puertas de los vagones, cumplir los horarios y revisar que todo funcione correctamente.

Se trata de un trabajo clave dentro de una ciudad como Madrid. Su responsabilidad es elevada, por eso merece la pena conocer el sueldo que tienen por si alguna vez alguien se decanta por este trabajo.

Todo lo que debes saber

El sueldo base de un maquinista de Metro de Madrid es de 34.345 euros brutos al año. Así viene indicado en la tabla salarial del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid.

En el caso de trabajar en el turno de noche, se abonan 4,03 euros la hora. Por otra parte las horas extras durante la jornada laboral de día se pagan a 32,61 euros y en su caso las nocturnas a 40,01 euros.

Además, hay que añadirle que todos los conductores del suburbano madrileño tienen derecho a tres pagas extras al año: una en junio, otra en julio y la última se va a finales de año, en diciembre.

Su jornada laboral al año suma un total de 1.635 horas, esto equivale a 7,5 horas en una jornada a diario. En cuanto al número de vacaciones, los maquinistas gozan de 37 días hábiles y 7 de días de asuntos propios.

Pese a no ser funcionarios, están blindados en cuanto al despido y gozan en cierta medida de estabilidad laboral.

Requisitos para ser maquinista

Para ser conductor se debe tener al menos la mayoría de edad, 18 años, y poseer el título de Bachillerato o equivalente. Además, hay que estar inscrito en demandante de empleo o mejora de empleo en cualquiera de las oficinas de la región.

Tras este paso se tendrá que cumplir una prueba psicotécnica, un test de 36 preguntas con varias opciones de respuesta que has de contestar en 30 minutos y un test de personalidad.

Para terminar con todos los requisitos, hay un reconocimiento médico que evalúa Metro de Madrid y un curso de formación impartido por la propia empresa. Además, tienen prácticas con el simulador.

Simulador del Metro 8.000

Simulador del Metro 8.000Manuel M. García

Simulador de Metro

En pleno barrio de Canillejas se encuentra el centro de operaciones del servicio público. Este enclave acoge desde el centro logístico hasta el simulador del tren 8.000, una de las claves del aprendizaje de los futuros maquinistas.

«Todos los futuros maquinistas pasan sí o sí por aquí. Durante el curso de formación lo que hacemos es darle una serie de contenidos teóricos para a posteriori llevarlos a la realidad» gracias a los simuladores, nos explica Juan Carlos Galindo, responsable del servicio de formación.

Una gran sala acoge una serie de pupitres con dos pantallas y unos mandos de control que son los mismos que se encontrarán los futuros maquinistas en una cabina de tren. Pero lo más sorprendente es la cabeza de tren y su vagón colindante. La recreación es nula, las palancas, botones y demás terminales son 100 % fidedignos.

La segunda parte de este simulador la compone una pantalla de alta resolución donde se recrean todas las estaciones y escenarios posibles. Desde el puesto de control, donde los instructores lanzan los ejercicios, se controla en todo momento el proceder de los alumnos.

Pupitres y el simulador del Metro de Madrid

Pupitres y el simulador del Metro de MadridDaniel Vara

¿CÓMO SE CONDUCE UN TREN?

Luis del Barrio, instructor de formación de Metro de Madrid, nos enseña cómo funcionan estos mandos del tren 8.000. Hay que destacar que todos los modelos que están en pleno funcionamiento cuentan con los mismos sistemas, pero en distintos lugares, lo que facilita mucho su aprendizaje.

Antes de comenzar el maquinista debe de hacer una serie de comprobaciones para la apertura y cierre de puertas con sus respectivos botones que mantendremos en secreto debido a la seguridad del Metro y no revelar los entresijos del suburbano, que han pasado de generación en generación.

Tras este chequeo, a continuación se puede realizar una conducción manual o automática. En este último caso, la función del maquinista es la de supervisar todos los elementos del pupitre del tren, comprobando que no hay ninguna incidencia.

El momento de parado se logra gracias a una balizas que hay en cada estación y notifican a la compleja maquinaria que debe parar. Una vez ha parado el tren y se ve perfectamente en el espejo de la estación, el maquinista procede a abrir las puertas.

Foto tomada desde el vagón colindante a la cabina de Metro

Foto tomada desde el vagón colindante a la cabina de MetroDaniel Vara

manera manual

Si se escoge una conducción manual el proceso cambia por completo porque el maquinista es quien toma los mandos de control. El proceso de chequeo es el mismo, pero en este caso interviene un elemento con el que se regula la velocidad. Este tipo de manejo requiere que se respeten en todo momento las órdenes de seguridad.

Tras la parada correspondiente en la estación, el sistema de apertura y cierre de puertas es el mismo que en la conducción automática, depende por completo del maquinista, que siempre notifica gracias al pitido que todos ya conocemos.

Un detalle muy importante y que muchas personas confunden es que creen que el tren tiene un sensor en las puertas y por eso se abren cuando han intentado meterse tras el aviso de cierre. Codos, brazos, maletines, un sinfín de excusas para intentar meterse in extremis. Pero el responsable de que se abran de nuevo las compuertas es el maquinista.

«Tras el aviso acústico, nuestro manual nos indica que la responsabilidad a la hora de meterse en el vagón en esas circunstancias recae en el propio usuario porque ya ha tenido tiempo y se ha avisado del proceder», explica Luis del Barrio.

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