Madrid
Este es el restaurante histórico de Madrid que se convertirá en viviendas de lujo
En la planta 22 del edificio Torres Blancas se encontraba el restaurante Estrella Michelin Comedor Ruperto de Nola, cuyo espacio se destinará a construir ocho nuevos apartamentos
Al pasar por Avenida de América no pasan desapercibidos el conjunto de rascacielos sin pilares que se alzan elegantes 81 metros en vertical. Se trata del emblemático edificio Torres Bancas, un complejo de lujo construido en 1968 y que ha acogido a vecinos de renombre como Camilo José Cela o el propio arquitecto del complejo, Francisco Javier Sáenz de Oiza, que residió allí hasta su muerte en el año 2000.
Entre sus mayores atractivos el lugar contaba con una oferta gastronómica envidiable, pues en la planta 22 albergaba el restaurante Estrella Michelin Comedor Ruperto de Nola, cuyo espacio se destinará ahora a construir ocho nuevos apartamentos. Al tratarse de un edificio protegido, las obras serán vigiladas de cerca por el consistorio madrileño, que debe supervisar y dar luz verde a todos los cambios.
La mejor gastronomía
En 1971 el restaurante abrió sus puertas para ofrecer sus más exquisitos platos a los comensales. Los vecinos tenían un trato preferente: podían encargar el menú a domicilio gracias a un sistema de montacargas interno que permitía a los camareros distribuir las comidas.
Con una capacidad de unas 100 personas, tanto la propia estructura arquitectónica del comedor principal como la decoración hacían del lugar una experiencia única, pues daba la sensación de estar en un submarino pero por cuyas ventanas no se observaban peces, sino diminutos transeúntes, coches y viviendas. También había varios comedores privados, alejados de la mirada del resto, a los que se accedía a través de una gran zona más distendida que contaba con bar y sofás.
El blanco y el rojo eran los colores predominantes en este espacio: techos y arquería blanca, iluminación mediante globos igualmente blancos, y moqueta y asientos rojos. También había algunos adornos metálicos que suponían la nota definitiva que dotaba al lugar de un aspecto vanguardista.
Su nombre, Comedor Ruperto de Nola, hace honor a del maese Ruperto de Nola, cocinero del Rey Hernando de Nápoles, autor del Libro de guisados, manjares y potajes.
Pero 1985 el espacio quedó vació. Desde entonces ha sido plató para numerosos videoclips, secuencias de películas y series. Quevedo, C. Tangana, el director de cine Jim Jarmusch o el pintor Félix de la Concha, han escogido este emblemático espacio para unirlo a su obra.
Después de algunas décadas en las que este espacio no se aprovechaba, ahora va a reconvertirse en viviendas de lujo. La comunidad crecerá y se compartimentará el espacio en ocho partes para que nuevos vecinos puedan disfrutar de las instalaciones.
Edificio vanguardista
En los años posteriores a su construcción, el edificio llegó a ganar varios premios internacionales. Estaba considerado todo un alegato de modernidad, ya que supo aunar perfectamente los materiales más aptos para la vida de la ciudad con el buen gusto. Transformó el barrio de Chamartín y dio a la zona un nuevo aire refinado.
El diseño juega con las formas geométricas y los materiales. La estructura curvilínea se conforma de grandes cilindros de hormigón armado, cuyo gris contrasta con los balcones de delicadas celosías de madera y vidrieras cálidas, una mezcla muy innovadora en el momento desde el punto de vista estético.
Entre otras instalaciones cuenta con una piscina en el ático, salas de reuniones, biblioteca y sala de juegos. En definitiva, todas las comodidades necesarias para que los vecinos disfruten de una alta calidad de vida.