Cuál es la estación más antigua de Madrid y el secreto que esconde

Metro de Madrid ha sido uno de los mayores avances que han acontecido a la ciudad de Madrid. Sus 104 años de historia han demostrado que es un servicio de transporte pionero a nivel internacional; además, los ránquines mundiales así lo demuestran. El suburbano madrileño tiene 295 kilómetros que se reparten en 302 estaciones. Pero hay una de ellas que es única y guarda un secreto en su interior.

Esta parada es la más antigua del servicio. Se trata de la estación de Chamberí, que fue clausurada en 1966 convirtiéndose en una 'estación fantasma'. En la actualidad guarda en su interior un museo gratuito.

En la actualidad, aunque la estación de metro no esté funcionando, con solo bajar unas escaleras se puede viajar a los años 60. La publicidad se encuentra tal y como fue creada hace un siglo, con azulejos pintados.

Por otro lado, las taquillas y los torniquetes son los mismos que se usaban, las cabinas de cristal son las de hace 100 años, y los vestuarios de los trabajadores siguen intactos.

Chamberí pertenecía a la La línea 1 que en aquel año necesitaba albergar unos trenes mas amplios, pues cada vez más pasajeros utilizaban el metro. En muchos de los casos, los andenes también tuvieron que ampliarse, pero la estación se encontraba inclinada y en curva.

Además, estaba demasiado cerca de las paradas de Iglesia y Bilbao y era inviable reformarla para que se ajustara a las necesidades del momento. Por estas razones, se decidió cerrar la estación.

La decana de las estaciones

La primera línea que se inauguró de Metro fue la L1, con el tramo de Sol-Cuatro Caminos, con 3,48 Km de longitud y 8 estaciones, y que se cubría en 10 minutos. Fue inaugurado el 17 de octubre de 1919 por los reyes de España.

«Los madrileños estaban entusiasmados ante la apertura de su nuevo medio de transporte. Durante el primer año fueron transportados más de 14 millones de usuarios, que pagaron 15 céntimos por su uso y disfrute» .

Los trenes partían desde las cocheras de Cuatro Caminos, accediendo desde las naves al túnel a través de un arco monumental diseñado por Antonio Palacios, icónico arquitecto de la época.

La Línea 1 discurría bajo las calles de Santa Engracia, Luchana, Fuencarral y Montera, hasta la Puerta del Sol. En 1921 sufrió su primera ampliación, prolongando la línea hacia el sur desde la Puerta del Sol.

El 8 de mayo de 1923 se prolongó bajo la avenida Ciudad de Barcelona, hasta desembocar en el Puente de Vallecas, al inicio de la avenida de la Albufera. En una tercera fase de ampliación se prolongó la línea hacia el norte desde Cuatro Caminos.

En 1961 se extendió la línea al norte bajo la calle Bravo Murillo hasta la plaza de Castilla, con dos nuevas estaciones. Un año más tarde, el 2 de julio, se inauguró la prolongación al sur bajo la avenida de la Albufera con dos nuevas estaciones hasta Portazgo.

Ya en 1988 dio un paso de gigante con la inauguración de la nueva estación en la línea entre Atocha y Menéndez Pelayo, Atocha Renfe, que comunicaba de forma subterránea con el nuevo complejo subterráneo de Cercanías y la estación terminal de largo recorrido de Puerta de Atocha.

Con la llegada de los dos mil, 433 millones de euros permitieron prolongar la línea desde Plaza de Castilla con 5,3 km y tres nuevas estaciones hasta el Pinar de Chamartín, en el barrio de Manoteras.

En cuanto a la zona sur, se inauguraron el tres estaciones desde Congosto hasta la Gran Vía del Sureste con 73 millones de presupuesto.

En 2016 se aprobó la remodelación de 13,5 km de recorrido y 23 estaciones desde la estación de Plaza de Castilla hasta Sierra de Guadalupe. En su lugar, se reforzaron las demás líneas y se dispusieron de autobuses sustitutivos de la EMT.

Entre el 20 de agosto de 2018 y el 16 de julio de 2021 se mantuvo cerrada la estación de Gran Vía para incorporar el modelo 4.0 de las estaciones. Estos avances lo cierra esta última reforma que en noviembre de 2023 prevé estar a punto.