Comunidad de Madrid
Así es el pionero programa de Madrid para tratar a los enfermos de cáncer en sus casas
Tratar a los enfermos de cáncer en el salón de sus casas para romper lo menos posible su vida normal y evitar los gérmenes que pueden encontrarse en los hospitales. Ese es, en líneas generales, el programa pionero que está implementando, de momento, el Hospital Gregorio Marañón pero que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso tiene intención de trasladar a todos los hospitales públicos de la región para revolucionar el proceso de curación de estos pacientes.
La selección de beneficiarios de este programa, que la consejera de Sanidad de Madrid, Fátima Matute presentaba con gran satisfacción este martes en el Gregorio Marañón, la realiza el oncólogo entre personas que se hayan ofrecido voluntarias y atendiendo a su situación clínica, así como a criterios sociosanitarios y farmacológicos.
Una vez derivado a la Unidad de Hospitalización Domiciliaria, explican desde la Consejería del ramo, se reevalúa al paciente y, tras su consentimiento, se le concierta el día y la hora en que el médico y la enfermera le visitarán en su casa para aplicarle la medicación, en coordinación con el Servicio de Farmacia.
Hasta ahora, cuatro pacientes que reciben inmunoterapia han entrado a formar parte de esta iniciativa pero el plan del Ejecutivo autonómico es incluir otros tratamientos «más complejos» contra el cáncer pero que, matizan, «igual que los aplicados actualmente, permitan un transporte fácil y fiable y una administración sencilla, de corta duración y por vía subcutánea o intravenosa».
Como requisitos, los beneficiarios deben de vivir a menos de media hora en coche del centro sanitario -en este caso, del Hospital Gregorio Marañón- y contar con un cuidador formado en la patología y en el proceso, para «reforzar la seguridad del destinatario y la interacción con los profesionales sanitarios».
La aplicación del tratamiento
Tal y como han informado desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, las visitas a los domicilios las realizan miembros del personal de Enfermería, acompañados, si se requiere, de un facultativo. Estos acuden con todo el equipamiento necesario, incluso, apuntan, «para afrontar cualquier eventualidad derivada de la dispensación de los fármacos o de otras necesidades sanitarias que pueda tener el usuario».
Este proyecto piloto del Gregorio Marañón incluye, además, otras actuaciones pautadas en la monitorización del enfermo como analíticas, que se hacen coincidir en el tiempo para evitar desplazamientos.
Los participantes disponen de un teléfono directo para poder contactar con el responsable del programa y se les posibilitan videollamadas con su médico para informar de resultados o para realizar ajustes en su medicación. Asimismo, cuentan con una aplicación móvil de seguimiento del tratamiento por parte del Servicio de Farmacia.
Tratar lo emocional
Fátima Matute celebraba este martes en la presentación de la iniciativa que ésta va más allá del tratamiento de las dolencias físicas y trata también la parte emocional, al evitar que el paciente tenga que salir de su casa y romper más con su rutina habitual.
«Es una iniciativa pionera en la que acompañamos al paciente dentro de toda esa carrera de fondo y le ponemos el tratamiento en su salón con la misma calidad y seguridad que si estuviera en un hospital», se congratulaba.
La consejera subrayó que siempre que se pueda estar en casa es «mucho mejor», tanto por esa parte emocional, como para evitar los gérmenes que siempre serán más fáciles de contagiar a una persona si va al hospital.