La evolución urbana de Madrid vista desde la cámara de Javier Campano
Los vecinos de barrios como Orcasitas, Tetuán, Lavapiés o el Barrio del Pilar le abrieron sus puertas haciéndole testigo de sus condiciones
La exposición Barrio de Javier Campano muestra la transformación del Madrid de finales de los 70 a través de la mirada cercana y reivindicativa de uno de los grandes fotógrafos, quien supo documentar los rincones de una ciudad en plena transformación, con grandes contrastes y problemas urbanísticos derivados del éxodo rural, el boom demográfico de la década anterior y un desarrollo constructivo sin precedentes.
Los habitantes de barrios como Orcasitas, Tetuán, Lavapiés o el Barrio del Pilar le abrieron sus puertas haciéndole testigo de sus condiciones precarias y sus luchas vecinales.
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La cámara de Campano revela iconografías rurales arropadas por altos bloques de ladrillo rojo: niños jugando al fútbol en un descampado en Hortaleza, la ropa tendida sobre las fachadas de un poblado vallecano.
La muestra cuenta con una selección de 90 imágenes inéditas del autor, recogidas también en el catálogo que complementa el discurso expositivo, y dos audiovisuales del Colectivo Polans.
Icónicas imágenes que ya forman parte de nuestra memoria visual y son testimonio de toda una generación. Javier Campano comenzó a dedicarse a la fotografía en 1975, época de transición política y efervescencia creativa, formando parte de una nueva generación de fotógrafos vinculados a la escuela madrileña Photocentro y a la revista Nueva Lente.
Su primer encargo fotográfico sobre la ciudad de Madrid fue la exposición «El Racionalismo madrileño» (COAM, 1976), que realizó junto a los hermanos Daniel y Rafael Zarza.
A partir de entonces, junto a este último, crea el equipo audiovisual Ojo Móvil, que desarrolla de forma altruista acciones sobre la situación que están viviendo los barrios de la periferia con la idea de visibilizar sus problemas y condiciones de vida.
Campano apuesta por ser viajero en la propia ciudad en la que vive y recorre los barrios madrileños, infiltrándose en la vida cotidiana sin ser visto. También se acerca a los vecinos para escuchar sus reivindicaciones y entrar en contacto con las primeras asociaciones vecinales legalizadas tras el fin de la dictadura.
El resultado es un relato visual sobre la transición urbana de Madrid en las décadas de los setenta y los ochenta, que forman un inédito archivo fotográfico, testigo de una generación.
En palabras de su comisaria, Ana Berruguete, «esta exposición refleja una transición urbanística y del paisaje urbano de la ciudad de Madrid. Esa transformación se produce porque Madrid era un municipio que estaba albergando y acogiendo en los últimos 30 años a muchísimas familias que venían del campo».
En este sentido, explicaba que «vamos a ver mucha presencia de los niños. Estos se dejan fotografiar mientras están en la calle jugando en descampados y entre excavadoras».
«La presencia de los niños también incorpora muchísima humanidad a las fotografías. Hay un retrato del paisaje urbano donde Campano toma distancia para buscar esas grandes diagonales, esas grandes panorámicas en muchos casos donde las figuras se ven casi como maquetas o como figuritas que recuerdan un poco a esos ambientes del cine», remarca Berruguete.
Entre las fotografías más destacadas, llama la atención una del movimiento vecinal que se organizó en contra del centro comercial de La Vaguada, el primer inmueble de este tipo.
«Los vecinos reivindicaron que ese espacio quedara para equipamientos culturales, deportivos... Finalmente, después de muchas tensiones producidas en el anteproyecto, La Vaguada fue un centro comercial llevado a cabo por César Manrique», explica la comisaria de la exposición.
Cerrando la exposición hay una instantánea que llama la atención. Esta fotografía muestra las calles de Tetuán sin asfaltar y como la lluvia había desgastado el terreno. Ana Berruguete explica que «los vecinos tenían que remangarse los pantalones para que no se mancharan de barro».