El motivo por el que han aumentado las peticiones de exhumaciones en el Valle de los Caídos
Sánchez quiere destruir el Valle de los Caídos y reconvertirlo en un centro de interpretación. Para ello, debe expulsar a los monjes benedictinos y proceder con las exhumaciones pertinentes
La izquierda tiene en la diana al Valle de los Caídos. Desde su construcción, el conjunto monumental ha estado cargado de polémica y el Gobierno de Sánchez la ha aprovechado para tratar de dinamitarlo y crear confrontación entre españoles. Recientemente, el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, celebraba que se había pasado de tener hace un año 60 peticiones de exhumaciones a 170 solicitudes.
No es casualidad que el Ejecutivo de Sánchez haya convertido el Valle de los Caídos en un tema de bandera de sus políticas de memoria democrática y no deje de hablar de él constantemente.
Esta sobreinformación ha provocado que los españoles recuerden las consecuencias de la Guerra Civil y la división de bandos. Durante los mandatos de Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero el Valle de los Caídos no era un tema recurrente en sus políticas.
Sánchez quiere destruir el Valle de los Caídos y reconvertirlo en un centro de interpretación. Para ello, debe expulsar a los monjes benedictinos –se ha propuesto finales de 2025 para cumplir este objetivo– y proceder con las exhumaciones pertinentes.
Si Sánchez no hablase constantemente del Valle y generase su rechazo, las peticiones de exhumaciones se mantendrían como durante los anteriores Gobiernos de la nación. Hay que recordar que el conjunto monumental fue levantado para rendir homenaje a los caídos de la Guerra Civil.
No se puede olvidar que los gobiernos socialistas en España han dejado que desear a la hora de exhumar los restos del Valle de los Caídos. Uno de los casos fue el de los 133 navarros que fueron entregados a sus familias durante el Gobierno de Felipe González.
Fuentes de Patrimonio Nacional han explicado a El Debate que la entidad del Gobierno «no estudió si esos restos pertenecían a esas personas. «Se entregaron a las familias y pueden ser perfectamente de personas que eran de Madrid y, por otro lado, hay gente en Navarra que tiene restos de personas de la capital».
Este fallo se debe a que los forenses en aquella «obra se confundieron de planta y mezclaron unos cuerpos con otros, de ahí que algunos restos de otras familias estén en los cementerios navarros. Aquello fue una auténtica vergüenza, sin ninguna duda», confiesan estos trabajadores de Patrimonio.
Otra «chapuza» que cometieron los operarios de Patrimonio Nacional fue en varios osarios del Valle de los Caídos, los lugares destinados para reunir los huesos de las víctimas de la Guerra.
Estas mismas fuentes confiesan que «durante el Gobierno de Felipe González, a principios de los 90, abrieron estos espacios y se encontraron una amalgama de barro, cajas destruidas y restos mortales».
El Ejecutivo socialista «mandó entonces construir unas cajas gigantes y cargaron con palas toda esta mezcla y los repartieron por diferentes lugares del Valle. Hay casos en los que un hombre puede estar en tres osarios diferentes del conjunto monumental», señalan estas fuentes.
Estos trabajos deficientes no se quedan ahí, un trabajador de Patrimonio explica que se decidió meter un aseo para los forenses en un lugar lleno de restos mortales. «Acudí al baño y fui a tirar de una trampilla y para mi asombro me cayó un cráneo y un fémur a mis pies. Lo sorprendente es que la entidad del Estado pusiera ahí un baño a sabiendas de que era un lugar donde había partes de seres humanos».