Sucesos
La tragedia que Madrid no olvida: el incendio de los Almacenes Arias en el que murieron diez bomberos en 1987
El Ayuntamiento de Madrid rendía homenaje esta semana a los diez «héroes» fallecidos cuando trabajaban en la extinción del incendio en el edificio
El 5 de septiembre de 1987 la muerte, en el desempeño de su trabajo, vino a buscar a diez heroicos bomberos de Madrid que trabajaban en las labores de extinción del incendio declarado horas antes en los Almacenes Arias de la capital, ubicados en el número 29 de la calle Montera.
El fuego se originó en una caja de ropa de este negocio dedicado a la venta de textiles durante la tarde del 4 de septiembre. Los 26 trabajadores del lugar fueron desalojados, así como las decenas de clientes que se encontraban en el lugar a esa hora. Lo mismo ocurrió con los huéspedes del Hotel Montesol. Los que, cumpliendo su deber, se adentraron en el edificio en llamas fueron los bomberos de Madrid.
A pesar de lo aparatoso del incendio, apenas dos horas después de su inicio parecía controlado por los profesionales. Las labores de extinción, no obstante, continuaron de madrugada y fue pasadas las dos de la madrugada del ya día 5 de septiembre cuando se produjo la tragedia.
Uno de los sótanos se derrumbó lo que provocó el colapso del edificio. En el interior aún había una decena de bomberos trabajando. Todos ellos murieron. Sin embargo, sus compañeros y las autoridades conservaron la esperanza a lo largo del día siguiente, cuando, manualmente, se realizaron las labores para retirar los escombros, con la confianza de que algunos de sus compañeros pudieran haber sobrevivido al derrumbe.
Tristemente, no fue así. Pero su recuerdo permanece imborrable 37 años después. El Ayuntamiento de Madrid sigue celebrando en cada aniversario un sentido homenaje para recordar a estos diez bomberos y esta efeméride no iba a ser menos.
El pasado miércoles, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, presidía el homenaje, que tuvo lugar en el Patio de Cristales de la Plaza de la Villa, el mismo lugar donde se instaló la capilla ardiente de los fallecidos.
Un representante de cada parque de bomberos de la ciudad depositó un ramo de diez rosas rojas, una por cada uno de sus compañeros muertos mientras hacían su trabajo, mientras que Almeida y su número 2, Inma Sanz, hicieron lo propio con una corona de laurel antes de guardar todos un minuto de silencio.