Begoña Gómez prefería tener las reuniones de su cátedra en la Moncloa para no desplazar a su equipo de seguridad

Este miércoles se celebró en la Asamblea de Madrid la cuarta sesión de la comisión de investigación sobre la cátedra de Begoña Gómez en la Universidad Complutense, en la que la ex coordinadora de uno de sus másteres, Blanca de Juan de Castro, reveló que la mujer del presidente del Gobierno prefería mantener las reuniones de trabajo en el Palacio de la Moncloa para «no tener desplazar a todo su equipo de seguridad».

«Para ella era más fácil así», explicó de Juan quien, además de coordinar el máster de Dirección de Fundraising público y privado en Organizaciones sin Ánimo de Lucro (ONL), también fue coordinadora de la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva, así como amiga personal de la esposa de Pedro Sánchez, tal y como ella misma reconoció durante su comparecencia. Eso sí, matizó que fraguó su amistad desde 2019, año que comenzaron a trabajar juntas en la Complutense.

De Juan afirmó que sus visitas a Moncloa, que circunscribió a trabajo pero también a asuntos personales, se producían siempre en la residencia y aseguró que nunca había estado en «la parte gubernamental» del Palacio de la Moncloa. Por su parte, el codirector del máster de Transformación Social Competitiva: ODS como estrategia, José Manuel Ruano de la Fuente, reveló también en su comparecencia, celebrada este miércoles tras la de su compañera, que él también se reunió en varias ocasiones con Gómez en la Moncloa.

«El denominador común de todos los comparecientes de hoy es que han reconocido que las reuniones y gestiones de estos títulos tenían su centro de operaciones en el Palacio de la Moncloa, y lo dicen con total normalidad. Era un chiringuito», afirmó la diputada del Partido Popular Mercedes Zarzalejo al término de la cuarta sesión de la comisión.

En otro orden de cosas, interrogada por la diputada de Vox Raquel Barrero sobre si conocía a María Cristina Álvarez, la asesora de la Moncloa que –según el sumario de la causa que investiga a la mujer del presidente del Gobierno– trabajó con la Universidad Complutense de Madrid en beneficio de Gómez, la ex coordinadora del máster reconoció que sí y manifestó que «Álvarez trabaja para Begoña Gómez y le organiza y le crea su agenda tanto a nivel institucional como a otros niveles».

Aunque a diferencia de su amiga, Blanca de Juan contestó a las preguntas de los diputados en la comisión, sí evitó responder a las cuestiones que tenían que ver con el software, que en reiteradas ocasiones insistió en que se trataba de un «proyecto tecnológico», argumentando que es un asunto «judicializado». Con todo, en ocasiones mostró una actitud desafiante con los parlamentarios, sobre todo con la de Vox, a la que llegó a cuestionar sus preguntas, un extremo que le valió una reprimenda de la presidenta de la Mesa de la Comisión.

«Ustedes tienen muchísima imaginación... pero el día a día de la cátedra era mucho más aburrido y más profesional de lo que creen», «estas conspiraciones de las que usted me habla...» o «estas preguntas son repetitivas», fueron algunas de las frases que dedicó la ex coordinadora a la diputada.

Además, según la compareciente, la Universidad Complutense sí tuvo un trato «distinto» con respecto a la cátedra extraordinaria de Begoña Gómez pero no para beneficiarla, puntualizó, sino que se le había «exigido mucho más». «Desde el primer día nos han pedido las actas de nuestras reuniones y no creo que se haya hecho eso en ninguna otra cátedra extraordinaria», opinó.

Mientras tanto, Ruano afirmó en su comparecencia que, a su juicio, el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, se vio «obligado» a echar a Begoña Gómez de la Universidad: «No sé por qué razón», esgrimió, a pesar de que Gómez está imputada por cuatro delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional.

Unos delitos que este mismo miércoles negaba ante el juez Juan Carlos Peinado en una declaración en la que se limitó a responder a las preguntas de su abogado.