Este es el elemento de 1650 que acoge de nuevo El Retiro

La escultura de Hércules y la Hidra de Lerna vuelve a los Jardines del Buen Retiro tras se restauración por los daños ocasionados por la borrasca filomena. Este conjunto escultórico data de 1650 y ha sido reconstruido por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid.

Ahora vuelve a al pedestal del paseo del Duque de Fernán Núñez en el principal parque de la capital. Tras su restauración, vuelve a su lugar con todos sus elementos originales.

Además de recolocar los fragmentos que se desprendieron al caer sobre ella una rama vencida por la nieve, la intervención ha consistido en el estudio de la pieza, la eliminación de la contaminación biológica.

También se ha retirado los materiales de anteriores restauraciones y se ha ejecutado una limpieza profunda del mármol con tratamiento químico, la consolidación y la hidrofugación de todo el mármol.

Durante el análisis antropométrico de la escultura se ha observado que las manos y el antebrazo de la figura de Hércules habían sido modelados en resina a un tamaño inferior al original, por lo que estos elementos han sido retirados.

El proceso se ha desarrollado con la asesoría del Instituto de Patrimonio Cultural de España, el Ministerio de Cultura, con proyecto redactado por la empresa Artyco y ejecución de los trabajos por parte de la empresa Ecra-Arte.

La restauración ha tenido una duración de seis meses y ha supuesto una inversión de 34.000 euros. Con esta actuación el Ayuntamiento de Madrid continúa dando cumplimiento a su compromiso de conservación del patrimonio cultural del Paisaje de la Luz.

El grupo escultórico de Hércules y la Hidra de Lerna mide un metro y treinta centímetros, y su autoría se desconoce. Su estudio indica que sigue el modelo clásico italiano y podría tratarse de un encargo real del siglo XVIII para adornar las residencias regias del Palacio Real.

Es de tipo mitológico y hace pareja con la escultura de Hércules y el León de Nemea, ubicada frente a la biblioteca Eugenio Trías. Ambos conjuntos escultóricos responden, a nivel temático e iconográfico, respectivamente, al segundo y al primero de los doce trabajos legendarios del héroe.

Se ha podido comprobar durante los trabajos de restauración que Hércules y la Hidra de Lerna posee un acabado de gran calidad, pudiendo guardar relación con las piezas que fueron trasladadas desde el Palacio Real al Retiro durante el reinado de Carlos III.

El árbol más antiguo de El Retiro

A lo largo de las 165 hectáreas de El Retiro se reparten más de 15.000 árboles como pinos, arces, secuoyas... también se suman especies únicas en este lugar como los cisnes o los picapinos.

Entre sus árboles hay uno que destaca por encima del resto porque rompe con las cuentas establecidas y esto se debe a que tiene más años que el propio parque, pero ¿cómo es esto posible? Lo suyo es que el más antiguo de ellos tenga 400 años, los mismos que el parque, pero no es así.

Los jardines del Buen Retiro cuentan con un olivo que puede ser admirado por quien lo desee en una de las praderas próximas a la entrada de la Puerta del Ángel Caído. Su edad estimada es de 627 años, siendo su fecha de origen el año 1396.

Este inquilino pesa cinco toneladas, mide cerca de tres metros de alto y su tronco cuenta con un diámetro aproximado de tres metros. Más teniendo en cuenta que el olivo es una especie de crecimiento lento y no llega a alcanzar los 10 metros de altura.

Pese a sus modestas dimensiones en comparación con otros árboles de más porte, se ha convertido en el ejemplar más 'anciano' que adorna el parque madrileño, superando en edad al histórico Ahuehuete situado en la entrada al jardín por la puerta de Felipe IV.

Este anciano árbol ha conseguido tener más años que el propio parque porque proviene de un vivero del municipio madrileño de Carabaña. Se ha emplazado en el parque tras la adhesión del Ayuntamiento a la iniciativa 'Un árbol por Europa' impulsada por la asociación juvenil Equipo Europa.

Los olivos y El Retiro tienen una estrecha relación desde antaño. Ya en el plano de Texeira de 1656 se plasmaba la presencia del Olivar de Atocha alrededor de la actual basílica que permitía a los reyes entrar directamente desde El Retiro al olivar y a la Virgen de Atocha.