Madrid
Cinco rincones secretos del Parque del Retiro que quizás no conocías
Lugares históricos y llenos de belleza que esconden el famoso parque de la capital
El Parque del Retiro, conocido por su majestuosidad y su vibrante vida social, es uno de los lugares más emblemáticos de Madrid. Sin embargo, más allá de sus senderos principales y sus atracciones más conocidas, existen pequeños rincones ocultos que ofrecen una experiencia de aprendizaje, como el refugio antiaéreo de Guerra Civil, que ya enseñó El Debate, y otros que ofrecen una experiencia más tranquila e íntima. Estos son 5 rincones secretos del Parque del Retiro que quizás no conocías, pero debes visitar.
Jardines de Cecilio Rodríguez
Estos jardines reciben su nombre en honor al Jardinero Mayor de la Villa y constituyen una de sus importantes aportaciones al parque. Se caracterizan por ser un espacio extremadamente cuidado y sereno, al que accede muy poca gente, lo que le otorga un carácter especial.
Los elementos que integran estos jardines realzan su armonía: las columnas y pérgolas que embellecen el área, los estanques rodeados de cipreses y la vegetación que los adorna.
Un aspecto particularmente notable de estos jardines es la presencia de numerosos pavos reales que residen por el espacio, añadiendo un toque de exotismo y elegancia al entorno.
La Rosaleda
La Rosaleda, otra obra del Jardinero Mayor de la Villa, Cecilio Rodríguez, tiene más de 100 años de historia.
Este sector del parque es uno de los más notables, y es habitual ver a visitantes y fotógrafos intentando capturar su belleza. Este interés es comprensible dada su atracción.
La Rosaleda cuenta con más de 4,000 rosales, que alcanzan su máximo esplendor durante mayo y junio, cuando están en flor. No obstante, el lugar conserva su encanto y serenidad en todas las estaciones del año, gracias a sus pérgolas, fuentes y su diseño elegante, lo que lo hace un sitio siempre cautivador.
Montaña de los Gatos
La montaña, creada durante el reinado de Fernando VII en 1817 por Bernardino Berogán como parte de un jardín romántico exclusivo para la familia real, fue utilizada como sala de exposiciones hasta su cierre en 2004.
Después de ocho meses de renovación y una significativa inversión por parte del Ayuntamiento de Madrid, el espacio ha recuperado su esencia original y ahora está abierto al público, tanto para madrileños como turistas.
En su interior, la montaña presenta un área circular abovedada con un óculo superior del que parten cuatro galerías abovedadas dentro del cerro artificial. Durante la restauración, se descubrieron hallazgos arqueológicos importantes, incluyendo un acueducto antiguo que llevaba a una noria. Estos restos estarán visibles para los visitantes a través de una pantalla de cristal.
El área alrededor de la montaña cuenta con senderos ajardinados que suben alrededor de estanques y tres cascadas artificiales con un sistema de recirculación de agua. Con su reapertura, los visitantes podrán disfrutar de la zona ajardinada, la estructura exterior renovada y el interior restaurado.
El árbol más antiguo de Madrid
Se trata de un olivo, de más de 600 años, se ha convertido en el árbol más antiguo del lugar, superando al histórico ahuehuete en la entrada del jardín por la puerta de Felipe IV. Podría alcanzar los 2000 años de edad.
Aunque no es el árbol más grande del Retiro, su notable tamaño, con 3 metros de altura y 3 de diámetro, y un peso de cinco toneladas, es impresionante. El olivo, que crece lentamente, rara vez alcanza los 10 metros de altura.
Procedente de un vivero en Carabaña, el olivo se encuentra ahora en las praderas cercanas a la Puerta del Ángel Caído. Fue plantado como parte de la iniciativa 'Un árbol por Europa', promovida por la asociación juvenil Equipo Europa y apoyada por la Oficina del Parlamento Europeo en España, cuyo objetivo es que todos los municipios españoles planten al menos un árbol para promover la sostenibilidad y combatir la deforestación en Europa.
Estanque Ochavado o de las Campanillas
El estanque de las Campanillas es uno de los rincones menos conocidos del Retiro, pero captura la atención de quienes pasan cerca. Construido en el siglo XVII, era un lugar favorito del rey Felipe IV, quien disfrutaba pescando carpas allí con su corte. En el centro del estanque había una pequeña isla accesible por una pasarela, que inicialmente contaba con una torre octogonal. Más tarde, se reemplazó por un pequeño templo chino con campanillas que sonaban con el viento. Aunque hoy ya no quedan ni la pasarela ni las campanillas, el nombre del estanque aún lo recuerda.