Los pantashoes y otras tendencias ridículas

En este atribulado milenio, las prendas más inesperadas se ponen de moda, aunque sea por poco tiempo. Una de las más extrañas ha sido el invento de los horribles pantashoes por parte de Balenciaga con inspiración en la inefable Kim Kardashian.

Los pantashoes de Balenciaga, leggings con «cubrezapato» incluido, se supone que se inspiraron en las prendas postoperatorias de la más famosa de las Kardashian. Unidos al zapato, cual cabeza de hombre al cuerpo del caballo en la épica imagen del centauro, alargan la pierna, si, pero deben ser imposibles de colocar. Como los zancones chopines del Renacimiento, presuponen tener bastante ayuda de cámara para poder usarlos. Los pantashoes son la nueva versión del chándal con tacones.

Ahora, en Bimba y Lola sacan junto a las marca milanesa de collants TYT unas tremendas medias-pantalón con dibujos y colores rechinantes y estilo neo-kitsch. Además, se lleva el pantalón extra-remangado, que lleva el bajo vuelto del revés más de 30 centímetros, cual si en el taller de arreglos de modista estuviéramos probándonos ropa.

Además, reina entre ellas más recientemente el pantalón caído, tras un par de décadas triunfando en el guardarropa masculino más bohemio. Se trata de una opción cómoda, pero muy poco favorecedora. Finalmente, también ha llegado el pantalón extra grande, con perneras de tamaño gigante que arrastran en el suelo y que casi impiden caminar. Con semejante variedad, no hay quejas sobre sufrir una moda monocorde orientada a un solo tipo de físico. Viva entonces la libertad en la moda, aunque sea para ir hechas un adefesio.