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Mademoiselle

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Gastronomía

Las mejores creperías para celebrar el Día de la Crepe

Dulces o saladas, clásicas o inéditas, estas delicias francesas son el sumun de 'La Chandeleur', popular fiesta gala celebrada el 2 de febrero

Impulsada por su popularidad en Francia, La Chandeleur o fiesta de la Candelaria ha originado la conmemoración mundial de una de sus delicias gastronómicas más típicas, que conquistan a cualquier hora y a paladares de todos los gustos. 

Cada 2 de febrero celebran esta fiesta que se remonta a la Edad Media y que hoy en día consiste en reunirse en familia o con amigos para tomar la crepe perfecta. En Madrid también es posible disfrutar de este día como si estuviésemos en Francia gracias a estos templos gastronómicos galos.

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Guiados por Emmanuel, el propietario del establecimiento, animado por melodías francesas y con el maridaje perfecto de una deliciosa copa de sidra bretona, podréis disfrutar de una atractiva carta de crepes dulces, elaboradas con harina de trigo de máxima calidad, donde no faltan las tradicionales de azúcar con mantequilla, con limón o con miel, de caramelo casero, chocolate negro o mermelada.

Te asombrarán también creaciones como Marguerite, de chocolate, almendras y helado de Vainilla; Capucine, de compota de manzana, miel y azúcar glas; Adèle, a base de coulis de frutos rojos, chocolate negro y helado de chocolate negro, o Jade, de macedonia de arándanos con queso mascarpone, entre muchas otras. Y, por supuesto, no puede faltar la de Nutella, que siempre es una de las más demandadas.

Pero si lo vuestro es más el salado, en Mademoiselle son expertos y muy puristas de las galettes, la versión salada de la crepe. Están elaboradas única y exclusivamente con harina de trigo sarraceno IGP (Indicación Geográfica Protegida) que Emmanuel trae personalmente desde Saint-Malo, lo que las confiere de un sabor incomparable y genuino.

Basada en ingredientes de mercado, la selección de galettes de Mademoiselle contempla clásicos como la de jamón y queso Emmental, butifarra y queso Emmental o queso azul y nueces, junto a creaciones de autor con nombre de mujer, como Marie, de morcilla de burgos, compota de manzana casera y miel; Chloé, de patatas panaderas, cebolla morada y nata, o Rose, de verduras asadas, huevo y tomate. También destacan otras con sello gourmet, como Emilie, a base de queso de cabra fresco, mozzarella di bufala, queso azul cremoso y queso emmental; Louise, con salmón ahumado, espinacas y salsa de limón; Simone, de mortadela trufada, mozzarella, tomate y berros, o Eleonore, con pollo Satay, jengibre, cacahuete y cebollina.

En definitiva, una carta creada para redescubrir el buen arte de la crepe a los amantes de esta delicia francesa, y pensada para maridar con otra especialidad original: la sidra bretona. Déjate aconsejar sobre qué variedad es la más apropiada para el plato que elijas, y disfruta de febrero de una experiencia tan deliciosa como auténtica.

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La Rue Crepería

Esta coqueta crepería de Malasaña cuenta con una amplia carta de crepes, tanto saladas como dulces. Las crepes saladas se dividen en propuestas con carne –la crepe Antonia con queso brie, mostaza antigua, pastrami de ternera y rúcula–, propuestas con pescado –Crepe Clotilde, con huevo, salsa tártara y salmón ahumado– y propuestas vegetarianas –Crepe Belén, con queso azul, nueces, espinacas y cebolla caramelizada–. Las versiones dulces incluyen desde Nutella, pasando por crema de castaña hasta helado de coco. El precio de las crepes oscila entre los 4 y los 8 euros.

Eduardo Fernaud, canario con familia francesa, es la persona encargada de que todo luzca en su sitio. Gracias a él, la crepería se trasladó de su antiguo emplazamiento en la calle Espíritu Santo, a este establecimiento más amplio y luminoso en la calle Colón. Además, transformó su take away en un espacio para disfrutar del brunch por las mañanas, de gastronomía francesa en las comidas, de sus zumos naturales y helados artesanos a media tarde o de sus variados cócteles y vinos franceses al final de la noche.

Así, podemos encontrar desde una sopa de cebolla caramelizada, mantequilla y un toque de coñac, un cassoulet canard, así como una tarta tatin o un mini coulant de chocolate, pasando por el guiso de alubias con un tronco de pato y una salchicha de Toulouse o la Fondue, presentada en un pan hueco relleno de quesos fundidos.

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Mimi's crepería

En la calle Postas, al lado de la Plaza Mayor, se encuentra Mimi’s Crepería, una parada obligatoria gracias a sus ingredientes frescos y sus propuestas artesanales. Con una carta muy variada, abarca un total de 41 propuestas de crepes para darnos un capricho en distintos momentos del día y entre los que destacan el de Pechuga de pollo, mozzarella, tomate seco, tomate natural picado y aliñado, aguacate y pesto, en el mundo salado. Los más demandados, en el terreno dulce el de Crema de vainilla, galleta oreo, chocolate, helado de vainilla y caramelo.

En el desayuno, también ofrece tortillas, porridges, yogures naturales, croissants de mantequilla o tostadas integrales de cereales. Y todo ello en un espacio decorado por la propia dueña en la que los colores crudos se combinan con el carácter industrial y el ladrillo visto, creando una auténtica cafetería parisina moderna.  Por algo fue elegida como una de las creperías preferidas en los premios Traveller's Choice, según los usuarios de TripAdvisor en 2021.

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