Pueblos con encanto
Este es el pueblo más bonito de España para visitar en octubre, según National Geographic
Este pueblo de casitas blancas y calles empedradas se encuentra a las puertas de la Selva de Irati
Como ya viene siendo habitual, la revista especializada en viajes de National Geograhic ha vuelto a elegir al pueblo más bonito para visitar en el mes corriente. Y es que la época del año en la que decidamos viajar a un lugar o a otro puede condicionar por completo nuestra experiencia.
En este mes de octubre, National Geographic ha escogido un municipio que se encuentra a apenas 85 kilómetros de Pamplona, en el corazón del valle de Salazar. Se trata del pueblo de Ochagavía, una pequeña localidad de casas de piedra blancas y calles empedradas atravesado por el río Aduña y a las puertas del conocido bosque de Irati.
Se cree que el origen de este pintoresco pueblo se remonta al siglo XII, cuando se estableció como un importante núcleo en la zona. Actualmente se ha convertido en un destino turístico popular en la frontera entre España y Francia por ser considerado un remanso de paz y un lugar en el que poder perderte rodeado de montañas y decenas de senderos por los que pasear.
Qué ver en Ochogavía
Sin duda, este municipio tiene un encanto especial debido, en gran parte, a sus casas al estilo pirenaico, por lo que pasear por sus calles y disfrutar de estas construcciones a orillas del río ya merece la pena. Sin embargo, también encontramos algunos puntos de interés que merece la pena apreciar:
Santuario de NUestra Señora de Muskilda
Visita obligada es la de la ermita románica del siglo XII de Nuestra Señora de Muskilda. Restaurada a mediados del siglo XVII, posee una planta rectangular y su torre está cubierta por un tejado cónico.
Iglesia de San Juan Evangelista
Tampoco puede faltar en una visita a Ochogavía la Iglesia de San Juan Evangelista, una impresionante obra arquitectónica que combina elementos de diferentes estilos y épocas. Su construcción comenzó en torno al año 1200 y sus modificaciones y agregados llegaron en los siglos XVI y XVII.
En su interior los visitantes podrán observar tres retablos renacentistas de gran valor artístico, encargados por Miguel de Espinal en 1574.
Puente medieval
Y sin duda, una de las señas de identidad de este pintoresco pueblo es su puente de piedra. Una estructura medieval que se conserva en perfecto estado.