Qué son los destinos 'dupes', la fórmula de éxito para ahorrar cuando viajas

La palabra «dupe» o «dupes» ha venido para quedarse y para hacer mucho ruido. Abreviatura de duplicado, podría traducirse como sucedáneo o alternativa económica de un producto o servicio, ofreciendo similares características de aquel. Su reciente nacimiento se inscribe en el dinamismo y pujanza de las redes sociales, concretamente en TikTok y en el ámbito específico de la cosmética y la belleza. «¿No te puedes permitir el nuevo maquillaje de Chanel? Te mostramos los mejores dupes para conseguir un efecto parecido sobre tu piel».

Este es el tipo de comparativa que arrasa en redes, en un mundo donde tiene cabida al mismo tiempo y mezclado lo aspiracional, lo caro, las alternativas low cost, la pasión por lo nuevo y el consumo desenfrenado. Un mundo en el que los jóvenes, más sensibles naturalmente al factor precio, parecen más conscientes que nunca de que una parte importante del astronómico precio de ciertos artículos de alta gama se debe a los presupuestos de marketing, elevados cachet de las celebrities que contratan, etc.

El hashtag #dupe acumula miles de millones de visualizaciones en la popular red social y su influencia es evidente en ámbitos más allá de los tiktokers. Dejados atrás los tiempos de «anunciado en televisión» llega el «gone viral», producto que se ha hecho viral, prueba de éxito, el nuevo reclamo de posicionamiento en marketing que refleja los cambios profundos que está trayendo la sociedad digital. Una de las derivadas interesantes de la tendencia, observan los expertos, es que durante mucho tiempo los jóvenes, especialmente, han comprado «dupes» con el objetivo de hacerlos pasar por originales y de esta forma, tratar de mantener o elevar su estatus social.

Pero ahora irrumpe una nueva e interesante tendencia entre estos jóvenes consumidores de dupes: el sentimiento de orgullo por estos hallazgos que demuestran inteligencia y sagacidad a la hora de comprar estos artículos. Productos que encuentran por supuesto en Amazon o en grandes superficies o supermercados.

De la cosmética, los dupes han saltado a otros ámbitos, ropa, calzado, decoración y viajes. Las ventajas aquí parecen incluso mayores. Los precios de los hoteles o los pasajes de trenes y aviones son flexibles en función de la demanda que tengan en un momento concreto, al contrario que los que sucede con los artículos de consumo o las entradas del teatro o de la ópera, por poner un ejemplo.

Cuando un destino es popular, y estamos en temporada alta, o en puentes, como el que se aproxima en mayo, los precios se disparan, tanto de alojamiento como de medios de transporte, puesto que todo el mundo quiere ir a los mismos destinos considerados populares.

Pero, además, en estos picos temporales, el turista se encuentra con la desventaja añadida de que la experiencia en destino será peor: habrá más colas, la ciudad o la playa estarán abarrotadas, no tendrán esa sensación tan apreciada ahora de disfrutar de lo local, lo auténtico y se consideran víctimas del llamado «overturisim» o «sobreturismo». ¿Qué sentido tiene ir a Ámsterdam en el puente de mayo si todo va a ser más caro y la experiencia va a resultar peor?

Todas estas circunstancias y la imparable velocidad con la que se mueven las cosas por TikTok, está haciendo de los destinos «dupe» o dupes una de las grandes tendencias del turismo. Lo importante es viajar, indican todas las encuestas. El destino se ha convertido en algo secundario. Es la misma mentalidad de quien iba a una sala multicine en fin de semana y veía una película u otra, decidía sobre la marcha. Porque lo importante era ir al cine.

El hecho de que metabuscadores como Skyscanner muestren la opción «cualquier destino» o las web de las compañías áreas filtren por precio es sintomático de que lo importante es salir, una actividad de ocio que se considera irrenunciable. Y si puede ser a lugar igual de bonitos, y encima más baratos y menos masificados, ¿para qué ir a los Alpes Suizos pudiendo ir a Tatras? Para una nueva generación, el valor social de ir a St Moritz, es cosa de ese viejo, abarrotado y carísimo mundo analógico al que, en todo caso, miran todavía de reojillo buscando la comparación inteligente.

Porque el dupe, lo queramos o no, se basa en parte en el éxito de parecerse a otra cosa que nos sigue resultando atractiva, interesante, aspiracional y de la que nos gusta presumir. Entonces, ¿cuáles son los destinos dupe? Afortunadamente, el mundo alberga increíbles «sucedáneos» de estos destinos favoritos del público, que ofrecen a quienes los visitan la oportunidad de explorar una belleza similar en un entorno menos masificado y especialmente más asequible.

Pero como el factor geográfico tiene mucho peso, las listas de destinos dupes que se pueden encontrar en internet no pueden ser de aplicación universal, como ocurre con la cosmética, pues en parte depende desde donde uno se desplace o lo familiarizado que esté con el destino. Valencia aparece como dupe de Barcelona para norteamericanos y asiáticos, y Burdeos como dupe de París. Percepción que seguramente es más difícil de asimilar para un español o un francés, respectivamente.

Un estudio reciente realizado por la empresa británica 1st Move International, ha analizado las publicaciones de Instagram para identificar los principales destinos dupe a nivel global. Según sus conclusiones, Bakú, capital de Azerbaiyán, sería la alternativa perfecta para la superferolítica Dubai, seguida de cerca por Medellín para Chiang Mai y Valencia para Barcelona. Seattle ofrece el sabor de Vancouver, Bangalore es el dupe de Silicon Valley, mientras que Kuala Lumpur lo sería de Singapur. Taipei aparece como sustituto de Tokio o Seúl, Puglia por Santorini y Perth por Sídney.

Si observamos el universo TikToker europeo vemos que la ciudad polaca de Gdansk aparece como el dupe de Ámsterdam, Burdeos por París, Tatras es el sucedáneo ideal de los Alpes Suizos, las costas de Faro (Portugal) nos trasladan a las costas italianas, Letonia es el dupe de la costosa Finlandia y Liverpool de la concurrida Londres.

Tal vez los vuelos a Riga no sean los más baratos para este puente desde España, por lo que el destino no aparece entre los más económicos para la escapada de mayor. Generalmente, los rankings que se elaboran sobre este tipo de cuestiones solo tienen en cuenta los precios de los aviones, lo que de alguna manera solo refleja parcialmente la realidad.

Si sumamos el precio de la estancia media de hotel, transporte urbano, gastronomía, etc, cabe pensar que los destinos más baratos para el puente no son precisamente Londres, Roma o Milán, como indican algunas de estas listas. Sí lo serían ciudad como Marrakech, Lisboa u Oporto y resultan imbatibles países como Eslovenia, Albania o Rumanía. La tendencia de los dupes es muy dinámica.

¿Será Castilla el dupe de Toscana? Parece tener todas las papeletas si un par de TikTokers de los que acumulan millones de seguidores pasan por Soria, por ejemplo, la provincia española con menos turismo internacional. A mitad de precio, más auténtica y por descubrir. Hasta que se haga popular en las redes sociales, se convierta en viral, en deseable, se masifique y pierda parte del encanto que la encumbró como dupe perfecto. Entonces alguien encontrará el dupe perfecto de Castilla en algún punto completamente desconocido y lleno de encanto auténtico en Kazajistán.