El español que custodia los secretos de las estrellas en uno de los hoteles más lujosos de París
Gorka Bergareche es el único director español de un hotel palace parisino, categoría reservada a los cinco estrellas excepcionales
Cuentan que Michel Douglas fue al Park Hyatt de París a pasar un par de noches mientras grababa una serie en Versalles y se quedó seis meses. También ha trascendido que ha sido el cuartel general de Roger Federer cuando competía en París y en él celebró su único triunfo en Roland Garros. Ha servido de segunda casa de Johnny Deep en la capital francesa y hasta ha alojado al Dalai Lama. Según la revista Forbes, «ha acogido a más estrellas de música que una gala de los Grammy», desde Mick Jagger a Lady Gaga. Y esto es solo la punta del iceberg.
Gorka Bergareche, su director, ni confirma ni desmiente. Simplemente sonríe. La norma, como no puede ser de otra manera, es no hablar de sus clientes y hasta las paredes son cómplices de la discreción imperante. La puerta del lujoso Park Hyatt no destaca entre los soberbios escaparates de las elegantes joyerías con las que comparte la emblemática Rue de la Paix, en realidad pasa desaperciba. Esa es justo la idea. Podría decirse de él lo que The New York Times escribió en la época Kennedy del mítico hotel Carlyle, al que bautizó como «el palacio de los secretos» de la Gran Manzana. Referente del lujo en la ciudad del Sena, el Park Hyatt ha conseguido un lugar de honor en el selector mundo de los palacios parisinos ofreciendo un servicio impecable, una localización imbatible y la discreción que buscan las celebridades cuando quieren pasar desapercibidas.
El Hotel Park Hyatt Paris Place Vendôme tiene mucho en común con el bajo perfil mediático de la familia propietaria de uno de los mejores grupos hoteleros del mundo, Hyatt, la familia Pritzker. Todo el mundo conoce el premio de arquitectura que instauraron hace años y que lleva su apellido, considerado el Nobel de la disciplina, pero muy poco se sabe de esta familia de emigrantes judíos que huyó de Kiev y de los pogromos a finales del siglo XIX y se estableció en Chicago. En tan solo dos generaciones se convirtieron en una de las grandes fortunas de Estados Unidos, fijos en el Top 10 de la célebre lista Forbes desde que el famoso ranking se elabora. Respetados filántropos y poco amigos de las candilejas, la clientela de uno de sus buques insignias de su imperio hotelero parece seguir esta norma, su director, también.
En el intervalo de tiempo entre los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos, Bergareche hace balance para El Debate de una experiencia que considera «excepcional, que jamás olvidaremos. Empezamos a prepararnos muchos meses atrás, por no decir años. Lo primero que hicimos fue estudiar la clientela que nos interesaba atraer. Analizamos las Olimpiadas en otros destinos como Londres, donde también tenemos un hotel de referencia y estudiamos cuidadosamente todos los detalles y el feedback de los clientes». El donostiarra al frente del «palacio de los secretos de París» ha vivido los Juegos con el hotel con plena ocupación, con una clientela de altísimo poder adquisitivo principalmente norteamericana, dado el origen de la cadena, aunque también ha tenido clientes procedentes de México, Japón y Singapur. «Se suele hablar mucho de la clientela árabe y poco de un cliente europeo, norteamericano y asiático con un altísimo nivel de exigencia que no repara en gastos. Solo quieren lo mejor y lo quieren ya».
También es un cliente que ha viajado al París olímpico en un modo poco frecuente en España. «Casi todos han venido acompañados con sus asistentes personales y sus agentes de viaje privados, todo absolutamente organizado y planificado, todo preparado para hacer cambios de cualquier tipo sobre la marcha si fuera necesario», añade. Aún así, el hotel ha reforzado todos sus servicios, desde seguridad hasta room service, ha ajustado su operativa a los horarios de las pruebas y los clientes han estado 24 horas conectados por WhatsApp con los servicios de mayordomía y concierge, que recibieron formación específica sobre los Juegos y las condiciones de movilidad de Paris y otros aspectos relacionados con la Olimpiada.
«Por lo general, tenemos un cliente más corporativo, dueños de empresas o CEO. Los Juegos Olímpicos atraen a otro perfil, generalmente familias que vienen con mucha ilusión, con ganas de compartir este momento que saben que es especial, que no reparan mucho en los gastos y que hace que el hotel haya tenido un ambiente muy particular, inolvidable». Bergareche se siente «orgulloso, muy orgulloso del resultado de mi joven equipo, que ha sabido estar a la altura de la máxima exigencia, y con las sonrisas de mis clientes. También con el orgullo de ser español al frente de un equipo tan internacional».
El director del Park Hyatt es el primer español al mando de un hotel palacio, una distinción que la administración francesa reserva a hoteles «de carácter excepcional» y de la que solo gozan 12 establecimientos de cinco estrellas en Paris, una de las ciudades con más hoteles de lujo del mundo. De estilo contemporáneo, el Park Hyatt abrió sus puertas en 2002, fue reformado totalmente en 2019 y 2022. Acaba de inaugurar su nueva joya de la corona, L’Appartement, una estancia de 250 metros cuadrados, con toda la privacidad y todos los servicios, para atraer a ese cliente de larga estancia que quiere sentirse como en casa, y que fue precisamente la suite que primero se reservó para los Juegos. En septiembre debuta el nuevo interiorismo de su estrellado restaurante gastronómico, Pur, con el prestigioso chef Jean-François Rouquette al frente.
Bergareche lleva 27 años en la compañía americana, en diferentes ciudades de Estados Unidos, en Madrid, Milán y Ámsterdam y se podría decir que forma parte de una generación de profesionales españoles de entre 40 y 50 años, auténticos chicos de oro de la hostelería mundial, con puestos de responsabilidad en hoteles emblemáticos de lujo de todo el mundo de diferentes cadenas de ultralujo, desde desde Bulgari a Rosewood. Profesionales de los que poco se habla y que hacen marca España en infinidad de rincones, desde Dubái a Hong-Kong o en los cuarteles generales de las compañías de referencia.
El presidente de Four Seasons es un español, Alejandro Reynal, como también lo es el máximo responsable de Hyatt para Europa, África y Oriente Medio, Javier Águila. Bergareche, además de estar al frente al frente de uno de los referentes de lujo parisino, supervisa otras propiedades de la cadena en Europa y Oriente Medio, como el célebre Hotel du Palais de Biarritz, muy cerquita de su San Sebastián natal, ciudad que este verano no ha pisado y que no podrá pisar por el momento. Se prepara ahora para que todo esté a punto para las Paralimpiadas, que arrancan el próximo día 28 de agosto. «Sí, seguimos trabajando con toda la ilusión. Tenemos clientes particulares que asisten a los Juegos, así como las delegaciones oficiales de dos países que se alojan con nosotros». Por hacer honor a su discreción, nos deja con la intriga sobre la nacionalidad de los altos dirigentes a los que tendrá que atender los próximos días.