En plena provincia de Guadalajara, en la comarca de la Sierra de Albarracín, un pueblo destaca no solo por su pasado medieval, sino por registrar una de las temperaturas más bajas de la historia. Fue el 28 de enero de 1952 cuando los termómetros alcanzaron los 28,2 ºC negativos. En la actualidad, lo más probable es que no bajen de los -11 °C, lo que reduce significativamente la sensación de frío. Es Molina de Aragón